Ada Lovelace: la poetisa de los números

Si hay algo que ha cambiado radicalmente la forma de relacionarse entre los seres humanos, ha sido la aparición de Internet. Para ello, fue necesario el desarrollo de la computación y de la programación de los ordenadores. Si nos remontamos años y años, se podría decir (salvando las distancias) que una de las madres de la programación es Ada Lovelace. Conocida mundialmente con este nombre, fue la hija del poeta Lord Byron. Su biografía nos demuestra algo que, incluso ahora, sigue siendo necesario: la presencia de las mujeres en el ámbito científico.

Annabella, la matemática y Lord Byron, el poeta libertino

Ada Byron (1) (más conocida posteriormente como Ada Lovelace) fue la única hija legítima del poeta Lord Byron (2). Su madre, Annabella Byron (3), fue una mujer de armas tomar. Su matrimonio con Lord Byron no fue todo lo idílico que pudo ser y sus numerosos escándalos (4) terminaron por hartarla.

Tanto es así que, apenas un mes después de haber nacido Ada, se escapó con la niña mientras Lord Byron dormía (5). Se instaló en una de las casas de sus padres (6) y lo único que recibiría de su marido serían deudas (7). Cuatro meses después, Byron tomó un barco y dejó Reino Unido para siempre (8). Antes de partir, le escribiría un poema a la hija que apenas vio (9).

Annabella Byron, apodada por su esposo «la princesa de los paralelogramos» y una «Medea matemática» (10), fue activista política y social y una buena matemática, que hizo lo que pudo por alejar a su hija de todo lo que fue su padre. Para ello, la instruyó en matemáticas y en otras ciencias, pese a las quejas de algunos de sus allegados de que éstas eran disciplinas demasiado «complicadas» para la «frágil mente de una señorita» (11). A Annabella, como podéis imaginar, se rió de aquello y puso a su hija a estudiar.

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Grabado de Ada Byron de niña. Con esa carita, ¿cómo no le ibas a explicar ecuaciones? Fuente: The New York Times.

Cuando Ada tenía ocho años, se supo de la prematura muerte de Lord Byron, en las costas griegas (12). Pese a que no lo conoció y su madre hizo todo lo posible porque no fuera como él, Ada Byron siempre tuvo una conexión especial con el poeta. Ya sabéis que prohibiendo a alguien que haga algo es más probable que lo termine por hacer.

Ada Lovelace: la niña que amaba los números

Para educar a la chica, su madre contrató a Mary Somerville (13), divulgadora científica y matemática, que se convertiría en tutora y amiga de la joven. Fue gracias a ella por quien su interés por las ciencias exactas se disparó. A la pequeña Ada le fascinaban los números y todas sus posibilidades. Pasaba gran parte del tiempo leyendo en su cuarto. Su mala salud la obligaba a pasar largas temporadas en la cama, junto a su gata Mrs. Puff (14).

No obstante, Annabella Byron tampoco fue una madre modelo. Dejaba a su hija bajo los cuidados de tutores e institutrices, mientras ella viajaba constantemente a balnearios (15). Además, solo le permitía relaciones con adultos y con niños de su edad que ella aprobaba con anterioridad. Sin embargo, cuando cumplió 11 años, su madre la llevó a ver las fábricas del Norte, en un viaje que inspiraría a Ada (16). Fue como ir a Disneyland pero en vez de Mickey Mouse y Pluto, Ada quería conocer a los ingenieros.

Al volver, estuvo enferma durante tres años (17). Aunque este tiempo le sirvió para desarrollar una idea que la obsesionaría durante varios años: la posibilidad de volar. Con 12 años, intentó diseñar una máquina que permitiera al ser humano surcar los cielos. Para ello, estudió la anatomía de las aves y los mecanismos de sus alas (18).

Ada y su amigo Charles Babbage

Cuando cumplió 17 años fue presentada en sociedad, como toda buena dama de la nobleza inglesa. Gracias a Mary Somerville conoció al que será uno de sus mejores amigos: Charles Babbage (19). Babbage solía celebrar reuniones con otras personalidades relevantes en el mundo de la ciencia británico (20). Fue en una de éstas donde conoció a Ada Byron. Al principio, trató de impresionarla con la Dama de Plata, una autómata-juguete que aprovechaba para iniciar conversación (21). No obstante, fue él quien quedó impresionado por el conocimiento y las ideas de la joven.

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Charles Babbage. Fuente: Medium.

A partir de ese momento, comenzaron una larga e interesante amistad. Ada Byron había quedado prendada de la Máquina de Jacquard (22). Era un telar capaz de tejer automáticamente cualquier diseño, mediante su traducción a una serie de tarjetas perforadas. ¡Es el antecedente del código binario! (23).

Por aquel entonces, Babbage había empezado a diseñar la máquina analítica, una suerte de calculadora mucho más eficaz y capaz de hacer operaciones muy costosas hasta la fecha (24).

telar jacquard y las tarjetas perforadas funcionamiento 1800
«Familia admirando un telar Jacquard». Grabado de Mary Evans. Fuente: fineartamerica.

Ada Lovelace: la novia de las matemáticas

Dos años después, también mediante Mary Somerville, Ada conoció al que sería su marido (25). Al poco se casaron y Ada dedicó algunos años a su labor de esposa y al cuidado de sus tres hijos (26). Cuando llevaba tres años de matrimonio, su marido fue condecorado conde de Lovelace (27). Es en este momento cuando Ada pasará a ser conocida como Ada Lovelace.

Soy más que nunca la novia de la ciencia. La religión para mí es ciencia y la ciencia es religión (28)

No obstante, estaba decidida a no dejar que su familia le quitase de trabajar. Así le escribió a Mary Somerville:

«Estoy leyendo textos matemáticos todos los días, y estoy ocupada con la trigonometría (…) Así que, como verás, este matrimonio no me ha quitado en lo más mínimo el gusto por estas actividades ni la determinación para continuar trabajando en ellas» (29).

El hada de la Máquina Analítica

Babbage presentó en una conferencia en Turín su Proyecto de la máquina analítica (30). Dicha máquina tenía dos componentes. Por un lado, el Almacén (Memoria), donde se recogerían todas las variables que intervendrían en los cálculos. Por otro, la Fábrica (Procesador), donde se harían las operaciones (31).

La máquina analítica funcionaría mediante un sistema de tarjetas (de operaciones y de variables) (32). Asimismo, usaría tarjetas numéricas que recogían los valores a introducir (33). Dicha máquina, según Babbage, tendría un carácter «muy genérico» (34). Funcionaba igual que una fórmula de Excel.

Ada Lovelace y el misterio de la Nota G

A esta exposición acudió el ingeniero militar y matemático Luigi Menabrea (35), quien publicó unos apuntes en francés. Babbage le propuso a Ada Lovelace traducir estas notas al inglés, y éste fue su trabajo durante 1842 y 1843. Ese año, se publicó la traducción, junto con un conjunto de glosas propias bajo el nombre de «A.A.L» (36). Pero, ¿qué contenían dichas notas?

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Ilustración de Ada Lovelace junto con un prototipo de la máquina analítica. Fuente: wixmp.

En la última de estas Notas, la Nota G, Ada describió un algoritmo capaz de calcular los números de Bernouilli (37). Éstos son una serie de fracciones que pueden aplicarse de diversas formas en las matemáticas (38). Dicho algoritmo se considera el primero pensado y codificado para programar una máquina (39).

En pocas palabras, de la misma forma que el telar de Jacquard teje flores y hojas, la máquina analítica tejería patrones algebraicos. También usaría un sistema de tarjetas perforadas (40). Es en estas notas donde Ada Lovelace imaginó un futuro en el que las computadoras podrían llegar a realizar análisis más poderosos y a mayor velocidad que los humanos, y donde puso de manifiesto que buscaba ir más allá de lo propuesto por Babbage.

Dicho algoritmo adjunto a las Notas de Menabrea es lo que le ha valido el título de la primera programadora de la Historia. No obstante, éste es un asunto que ha levantado controversias.

Ada Lovelace: la primera programadora de la Historia… o no

El Servicio de Defensa de los Estados Unidos «redescubrió» a Ada durante los ’80. Pasó a ser el nombre del lenguaje de programación más conocido (41). A partir de entonces, la figura de Ada Lovelace se puso en el punto de mira y empezaron a proliferar artículos y estudios sobre la hija de Lord Byron. Así, se pueden distinguir dos corrientes.

Por un lado, una parte de historiadores y analistas fundamentan que fue Ada Lovelace la primera persona en describir dicho algoritmo y, por lo tanto, se reafirman en la teoría de que es la primera programadora de la Historia (42).

Por otro, varios estudiosos de Babbage y de la computación (43), afirman que estos «programas» aparecían ya en textos previos de Babbage. En sus notas, aparecen desarrollados 24 programaciones similares a las de su compañera (44). ¿No habrá un poco de resentimiento?

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Ada Lovelace (aún conocida como Ada Byron) en el capítulo Spyfall 2 de Doctor Who. «No tengo a mi TARDIS, pero tengo a Ada». Ada Lovelace también apareció en «The enchantress of numbers» en la serie antigua junto al 4º Doctor, Tom Baker. Fuente: Verdict.

No obstante, la publicación de Ada Lovelace apenas fue tenida en cuenta (45). ¿Cómo iba una mujer a tener buenas ideas? Y Babbage no llegó nunca a publicar sus anotaciones sobre la máquina analítica, más allá de un panfleto para la exposición de Turín. Sí, a Babbage tampoco le tenían mucho aprecio…

Pese a todo, hay un punto en el que ambos bandos convergen y no hay debate: la mentalidad de Ada Lovelace supuso una nueva visión y comprensión del poder y del potencial que podía tener la tecnología y la computación en el desarrollo de la vida diaria (46).

Ciencia poética: la visión de Ada Lovelace

Ada Lovelace destacó, sin duda, por su visión acerca de las posibilidades de la máquina analítica (47). Se preguntó si ésta podría funcionar más allá de los números, si se podría establecer un lenguaje propio (basado en las tarjetas perforadas del telar de Jacquard que tanto le fascinaban) para crear una nueva simbología (48).

La máquina analítica podría hacer cálculos no solo con números, sino que con este nuevo código podría llegar a «crear» (siempre con la mano del ser humano) arte y música. Esta idea es el corazón del origen de la Era Digital (49). Ada Lovelace explicó cómo si se estableciera un código concreto y un lenguaje determinado, se podría traducir la música a este sistema y, por lo tanto, la máquina podría «componer» (50). ¿Estaba anticipano Ada Lovelace el origen de las Inteligencias Artificiales?

Lo novedoso de Ada Lovelace es la configuración de una dialéctica entre tecnología e imaginación. A sí misma se llamaba «analista y científica poetisa». Babbage encontró en ella su musa, su «hada» y hablaba de ella como de la «maga de los números» (51).

«Un lenguaje nuevo, vasto y poderoso se está desarrollando para el uso futuro del análisis en el cual se pueden introducir sus principios con el fin de que tengan una aplicación práctica más veloz y precisa al servicio de la humanidad» (52)

la nota g matemáticas
Ada lovelace. Fuente: Wikipedia.

Firmado: A. A. L. El legado de Ada

Para evitar problemas, Ada Lovelace firmó las Notas que publicó en 1843 como A. A. L (Ada Augusta Lovelace). No obstante, pronto supieron a quién correspondían aquellas siglas. Si bien ella supo ver más allá que el propio Babbage. Babbage era bastante reticente a tomar sus inventos como algo más que calculadoras. Sin embargo, poco después de publicar sus Notas, apenas volvió a trabajar (53).

Le propuso a Babbage una colaboración para sacar adelante la financiación necesaria para construir la máquina analítica, pero él la rechazó como socia (54). Asimismo, su salud iba empeorando, y los dolores del cáncer de útero que la mataría apenas eran soportables (55). Comenzó a abusar de los opiáceos y su estado de ánimo se volvió volátil (56).

En contraposición a las excentricidades de su marido, se aficionó a las apuestas de carreras de caballos (57). Junto con otros amigos, trataron de crear un algoritmo capaz de predecir las apuestas y vencer en la teoría de juegos (58). Sin embargo, fracasaron estrepitosamente. Ada Lovelace empezó a distanciarse de Babbage y a dilapidar gran parte de su fortuna en las apuestas (59). Su madre, que veía cómo la historia de Lord Byron se repetía, la convenció para que abrazara el cristianismo y se arrepintiera de su vida anterior (60).

Murió a consecuencia del cáncercon 36 años (61). Paradójicamente, la misma edad a la que murió Lord Byron. Pidió ser enterrada con él en el mausoleo familiar. Al entierro no acudieron ni su madre ni Babbage (62).

El arcoiris al final del túnel

En sus últimos días, Ada Lovelace no dejó de intentar aprender y de leer. Poco a poco, se sentía más cercana a la figura de su padre, al que nunca conoció. En su epitafio puede leerse parte de uno de sus poemas, el soneto «The Rainbow» (63).

Su labor se centró más en el desarrollo de la comprensión abstracta de la máquina analítica. Fue capaz de ver un atisbo de la increíble y poderosa idea que supondría la computación universal pero, como suele pasar, cayó en el olvido (64).

Ada Lovelace tuvo suerte de rodearse de mujeres matemáticas y apasionadas por las ciencias, como su madre o su tutora y amiga Mary Somerville. Actualmente, sigue siendo un referente para jóvenes y chicas que muestran interés por estas materias. Siempre tuvo hambre de conocimiento y siempre se reconoció humilde ante el saber (65).

«Nunca estoy realmente satisfecha con lo que creo haber entendido. Porque lo que he comprendido es apenas una infinitesimal fracción de todo lo que quiero entender acerca de todo lo que me rodea (66)»


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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Augusta Ada Byron nació el 10 de diciembre de 1815 en Londres. Woolley, 1999.

(2) Lord Byron tuvo otros hijos fuera de su matrimonio con Annabella Noel, incluso con su hermana. Woolley, 1999.

(3) Anna Isabella Noel Byron, más conocida como Annabella Byron o Lady Byron. Langley Moore, 1977.

(4) Langley Moore, 1977.

(5) El 15 de enero de 1816. Essinger, 2012.

(6) En Seaham, en el condado de Durham.

(7) Incluso antes de tomar el barco que le alejaría de Reino Unido, Lord Byron huyó en un carruaje dorado, réplica de uno de Napoleón; viaje que, por supuesto, dejó sin pagar. Essinger, 2012.

(8) Su viaje para cruzar el Canal de la Mancha duplicó su duración a consecuencia de una cruenta tormenta. Después de llegar a Europa, viajaría hasta Grecia.

(9) “¡Ada! Única hija de mi casa y de mi corazón” fue el poema que le escribió durante su viaje en barco.

(10) Cain Miller, 2018.

(11) Woolley, 1999.

(12) 19 de abril de 1824 en Mesolongi, Grecia.

(13) A Mary Somerville se la conoce como “la reina de las ciencias”. Fue una matemática y divulgadora científica escocesa y una de las primeras científicas. Famous Scientists, 2018.

(14) Wolfram, 2015.

(15) “Ada led an isolated childhood on her mother’s rented country estates, with governesses and tutors and her pet cat, Mrs. Puff. Her mother, often absent for various health cures, enforced a system of education for Ada that involved long hours of study and exercises in self-control”. Más en Wolfram, 2015.

(16) Langley Moore, 1977.

(17) “But she got sick with measles (and perhaps encephalitis) – an ended up bedridden and in poor health for 3 years”. Más información en Wolfram, 2015.

(18) Woolley, 1999. Denominó a esta ciencia “flylology”.

(19) 26 diciembre, 1791, Londres- 18 octubre, 1871, Marylebone, Londres.

(20) Como Laplace, Michael Faraday, Herschell, etc. Woolley, 1999.

(21) La Dama de Plata o Silver Lady es una figura mecánica descrita como: “She was an elegant Victorian lady that bowed and moved an eyeglass before then delicately peering through it. When inviting Ada to one of his parties, Babbage wrote «I hope you intend to patronize the ‘Silver Lady’”. Durante el siglo XIX los autómatas eran una atracción común entre la nobleza y la burguesía. Más en Wolfram, 2015.

(22) Essinger, 2012.

(23) El código de los ordenadores actuales procede directamente del telar de Jacquard y de su sistema de tarjetas perforadas. Estas pueden considerarse el antecedente del dígito binario o bit. Más en Essinger, 2012.

(24) La máquina diferencial, su diseño último y más potente sería la máquina analítica.

(25) William King, diez años mayor que ella. Cain Miller, 2018.

(26) Byron King-Noel, Anne Blunt y Ralph King-Milbanke. Más en Cain Miller, 2018.

(27) En 1838. A raíz de la coronación de la nueva reina de Inglaterra que, para sosegar los ánimos, hizo entrega de varios títulos nobiliarios. Cain Miller, 2018.

(28) Zafra, 2012.

(29) En 1835. Cain Miller, 2018.

(30) En 1840. Langley Moore, 1977.

(31) Woolley, 1999.

(32) Woolley, 1999.

(33) Essinger, 2012.

(34) Dado que se basa en dos conjuntos de tarjetas que transmiten los detalles de la fórmula matemática que se les ha marcado y, una vez programada así, el dispositivo funcionará de acuerdo a dicha fórmula hasta que se cambie. Essinger, 2012.

(35) Luigi Federico Menabrea. 4 septiembre, 1809- 25 mayo, 1896.

(36) Woolley, 1999.

(37) Tole, 1998.

(38) Tole, 1998.

(39) Cain Miller, 2018.

(40) “[la máquina analítica] teje patrones algebraicos justo como el telar de Jacquard teje flores y hojas”. Más en Cain Miller, 2018.

(41) Wolfram, 2015.

(42) Langley Moore, 1977.

(43) Bruce Collier, en su libro The Little engines that could’ve publicado en 1990 hablaba de Ada en los siguientes términos: “No es exagerado decir que era una maníaco-depresiva, que tenía una idea delirante de su talento y que apenas entendía a Charles Babbage y la máquina analítica (…) En mi opinión, estos documentos bien conocidos confirman claramente que estaba loca de remate (…) No descarto que su trastorno mental se debiera al abuso de las drogas”. Más en Essinger, 2012.

(44) Woolley, 1999. Daron Swade, uno de los biógrafos y estudiosos de Babbage es firme defensor de que el verdadero padre de la programación fue Babbage. De la misma opinión es también Javier Janes.

(45) Janes, 2015.

(46) Janes, 2015.

(47) Baum, 1986, pp. 28-29.

(48) Baum, 1986, p. 68.

(49) “Any piece of content, data or info -music, text, pictures, symbols, sounds- could be expressed in digital form and manipulated by machines”. Cain Miller, 2018.

(50) Cain Miller, 2018. “Suponiendo que las relaciones fundamentales en la ciencia de la armonía y de las composiciones musicales fueran susceptibles a estas expresiones y adaptaciones, la máquina podría componer elaboradas y científicas piezas de música de cualquier frado de complejidad o extensión”. Essinger, 2012.

(51) En una carta de Babbage sobre Ada para Michael Faraday, la describe: “She has thrown her magical spell around the most abstract of sciences and as grasped it with a force which few masculine intellects could have exerted over it”. Más en Cain Miller, 2018.

(52) Cain Miller, 2018.

(53) Joric, 2019.

(54) Joric, 2019.

(55) Joric, 2019 y Janes, 2015.

(56) Joric, 2019.

(57) Tole, 1998.

(58) Baum, 1986, pp. 84-96.

(59) Joric, 2019.

(60) Joric, 2019.

(61) El 27 de noviembre de 1852. Joric, 2019.

(62) Wolfram, 2015.

(63) Wolfram, 2015.

(64) Wolfram, 2015.

(65) Zafra, 2013.

(66) Zafra, 2013.


Bibliografía

  • Baum, J., 1986, The calculating passion of Ada Byron, Archon Books, Boston.
  • Cain Miller, C., 2018, “Ada Lovelace. A gifted matematician who is now recognized as the first computer programmer”, The New York Times. Overlooked, 10 de marzo de 2018. [En línea] Disponible en: https://www.nytimes.com/es/2018/03/10/espanol/cultura/ada-lovelace-obituario-overlooked.html  (13 de abril de 2020).
  • Essinger, J., 2012, El algoritmo de Ada: La vida de Ada Lovelace, hija de lord Byron y pionera de la era informática, Alba, Madrid.
  • Famous Scientists, 2018, «Mary Somerville», famousscientists.org, 30 de mayo de 2018. [En línea] Disponible en: https://www.famousscientists.org/mary-somerville/ (13 de abril de 2020).
  • Janes, J., 2015, “Ada Lovelace: original and visionary, but no programmer”, Ventana al conocimiento, 9 de diciembre de 2015. [En línea] Disponible en: https://www.bbvaopenmind.com/tecnologia/visionarios/ada-lovelace-original-y-visionaria-pero-no-programadora/ (13 de abril de 2020).
  • Joric, C., 2019, “Ada Lovelace. La primera programadora”, La Vanguardia, 29 de junio de 2019. [En línea] Disponible en: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/historia-contemporanea/20190627/47312240871/ada-lovelace-la-primera-programadora.html (13 de abril de 2020).
  • Langley Moore, D., 1977, Ada: countess of Lovelace, John Murray, Londres.
  • Tole, B. A., 1998, Ada, the Enchantress of numbers: poetical science, Strawberry Press, Moreton-in-Marsh.
  • Wolfram, S., 2015, “Untangling the tale of Ada Lovelace”, Wired, 22 de diciembre de 2015. [En línea] Disponible en: https://www.wired.com/2015/12/untangling-the-tale-of-ada-lovelace/ (13 de abril de 2020).
  • Woolley, B., 1999, The Bride of Science: romance, reason and Byron’s daughter, Pan Macmillan, Londres.
  • Zafra, R., 2013, “(H)adas: Mujeres que crean, programan, prosumen, teclean”, Premio Málaga de ensayo 2012, Páginas de Espuma, Málaga, pp. 15-37.
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Ángela Ramos González
Graduada en Periodismo y Humanidades apasionada de la Historia y de la literatura.