¿Existieron los sacrificios infantiles en España?

Los sacrificios infantiles, más concretamente los de los de primogénitos en honor a Dios, están documentados en la fuente histórica más leída, el Antiguo Testamento. Vamos, que aparecen en el libro sagrado de las tres religiones más populares (1).

El caso más célebre posiblemente sea el de Abraham. Hombre mayor al que costó mucho tener descendientes y que, tras mucho intentarlo, lo consiguió; con más de 90 años que tenía… hoy en día cuestionaríamos bastante su paternidad. Después, tuvo que enfrentarse con el real dilema de sacrificar a su hijo (el primero era para Dios, el segundo para ti). Tras haber preparado el altar, muy devoto él, dispuesto a lo peor, se le apareció una voz divina rogándole que cambiara a su hijo por un corderito. En este caso, el sacrificio humano no se realizó, pero cuanta pérdida de todos esos pobres primogénitos…  A todo esto, también me pregunto dónde se encontraban los animalistas de la época.

¿Qué hay de cierto en todo esto?

La cuestión es que los sacrificios infantiles, de primogénitos o de niños, en honor a los dioses está bastante documentado en la Historia, y demostrado mediante la arqueología (2). Existe bastante debate sobre esta temática. Los romanos tachaban a los cartagineses de realizar sacrificios infantiles, aunque pudiera tratarse de mera propaganda negativa para defenestrarlos. Pero los estudios arqueológicos han puesto en evidencia que los sacrificios infantiles aunque quizás no habituales, sí que fueron reales.

sacrificio humano, sacrificios infantiles Abraham
Abraham precipitando el cuchillo sobre su primogénito Fuente:

Al parecer, estos los sacrificios infantiles se hacían en honor a Baal Hammon, su dios principal. Ante circunstancias muy arduas, también se realizaban para frenar el posible enfado de otras divinidades menores. En defensa de estos pueblos hay que decir que, en algunas ocasiones, los «civilizados» griegos y romanos también realizaron sacrificios de personas.

Los sacrificios infantiles son un rito extendido en todos los pueblos de origen fenicio, tanto en su país original como en las ciudades que fundaron por el Mediterráneo. Existen pruebas que lo corroboran tanto en Cartago como en Sicilia y Cerdeña (3). También se asentaron en las costas peninsulares, especialmente en Cádiz y Cartagena, así como en el resto de costas andaluzas y levantinas. Por lo tanto, es fácil suponer que aquí también se desarrollaran estos “rituales” de sacrificios infantiles.

Sabemos que existieron sacrificios infantiles en España

En Andalucía son bastantes los casos que se interpretan como muertes rituales, casi todos datados en el periodo orientalizante (4). En Sevilla (5), también han aparecido enterramientos de mujeres adultas con presencia de muertes violentas-rituales, lo que podría demostrar que es un fenómeno más extendido de lo que se pensaba (6). También en Almería (7), en un contexto fenicio, se descubrió parte de una necrópolis (8) dedicada exclusivamente a niños, con grandes similitudes a las anteriores (9).

En todos estos casos existen enterramientos infantiles con edades comprendidas entre el año de vida y los siete años. Algunas con evidencias de muertes violentas por fractura del cráneo, que se pueden identificar con sacrificios infantiles.

enterramiento infantil
Enterramiento infantil inhumado en cista, necrópolis de Cádiz, causa de la muerte: un golpe que provocó la fractura del cráneo (Corzo 1989: 245). Fuente.

En la Península están atestiguados estos usos, aunque en casos muy concretos y de tradición oriental (10). Perduraron como una costumbre autóctona ancestral hasta el s. I d.C. en las zonas de gran influencia de esta cultura.

Las razones por las que desaparecieron

Aunque se piensa que fue el cristianismo quién modificó estás prácticas, fueron las leyes romanas, anteriores al nacimiento del cristianismo. Lo prohibieron y lo persiguieron. Para la cultura romana, el primogénito era junto al patriarca la persona más importante de la familia. El sacrificio estaba visto, claro está, como una práctica salvaje impropia de la civilización. Además, fue la excusa perfecta para terminar con sus enemigos púnicos, a los que aniquilaron destruyendo su capital Cartago.

En España, existe una referencia antigua sobre el emperador Augusto quien, al parecer, prohibió con un decreto unas costumbres bárbaras que seguían aplicándose en Cádiz. Todo hace pensar que se trataba de esta costumbre heredada (11). 

En algún momento se ha especulado sobre si estos sacrificios infantiles pudieran servir como control de natalidad. Parece poco probable, teniendo en cuenta la gran mortalidad infantil en la Antigüedad. Una vez más, topamos con la irracionalidad de los dioses o la brutalidad humana. Menos mal que los primogénitos de ahora estamos para contarlo…


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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Génesis, 22.

(2) Corzo Sánchez, 1989, pp. 239-242.

(3) Corzo Sánchez, 1989, p. 240.

(4) En Sevilla en Carmona y Acebuchal, en Huelva en «La Joya», en Cádiz ciudad y Baelo Claudia, todos ellos datados entre los siglos VIII-VII a.C..

(5) En el yacimiento arqueológico conocido como «la Cruz del Negro».

(6) Oliver Foix, 2004, p. 397.

(7) En el yacimiento conocido como «Villaricos».

(8) Lugar dedicado a los enterramientos o cementerio.

(9) Chapa Brunet, 2003, pp. 115-138.

(10) (Fenicio-púnica) desde el s. VII a.C..

(11) Corzo Sánchez, 1989, p. 243.


Bibliografía

  • Chapa Brunet, T., 2003, La percepción de la infancia en el mundo ibérico, Trabajos de Prehistoria, 1, pp. 115-138.
  • Corzo Sánchez, R., 1989, «Los sacrificios infantiles en Cádiz. Inhumaciones infantiles en el ámbito mediterráneo español (siglo VII a.E al siglo II d.E)», Cuadernos de Prehistoria y Arqueología Castellonense, nº 14, pp. 239-246.
  • Oliver Foix, A., 2003, «Sacrificios y «mala muerte» en el Registro Arqueológico de los Yacimientos Ibéricos», Espacio tiempo y Forma, Serie I, 16, pp. 391-417.
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Rubén Fernández Tristante
Arqueólogo e historiador, interesado por los conflictos bélicos, cambios políticos y en especial en la historia antigua de la península ibérica. “Solo mediante el conocimiento de la historia podremos no repetir los grandes errores de la humanidad”