Esos mentirosillos del Canal Historia y su fantasiosa versión de la Segunda Guerra Púnica

A menudo nos encontramos en la parrilla televisiva documentales con un supuesto rigor histórico que luego no se traduce como tal. En este caso voy a analizar el primer capítulo de “Bárbaros, el despertar” del Canal ¿Historia? que emitieron hace poco.

El Canal Historia empezaba bien, trataba sobre la Segunda Guerra Púnica (1) y es uno de mis temas favoritos. Después de algunas imágenes del ejército de Aníbal cruzando los Alpes, enfocan al actor que hace del propio Aníbal y ya veo lo primero que me chirría, que Aníbal es de raza negra. Antes de que salten las alarmas, aclarar una cosa, esto no es racismo, ni mucho menos, porque no reivindico un Aníbal blanco, más bien uno semita, como un árabe o un judío de hoy en día, que es lo más parecido a alguien que tenía los genes de los antiguos fenicios. De todos modos, lo tomé como una pequeña licencia y preferí ignorarlo, un fallo así no es importante si el resto lo compensa.

Continúa el documental con un breve resumen de los antecedentes de la guerra, con el famoso juramento de Aníbal y el asedio a Sagunto, el desencadenante oficial de la misma(2). A partir de aquí, salen una serie de “expertos” hablando de la formación del ejército que marchó sobre Italia con Aníbal y que argumentan que se trató de una coalición en busca de la libertad… Francamente, ¿alguien cree que Aníbal era un libertador o algo por el estilo? Fue una lucha de potencias por la hegemonía en el Mediterráneo Occidental (3) y la inmensa mayoría de los soldados no cartagineses eran mercenarios que no luchaban por un ideal concreto, excepto por el dinero. ¡Ah, por cierto! Ni una sola mención a los honderos baleares entre los mercenarios; total, solo eran 2000 tipos (4). Pero la perla grande viene a continuación y se trata de una embajada, con el propio Aníbal a la cabeza, que se dirige a establecer una alianza con los lusitanos para luchar contra Roma; aparece un líder de todos los lusitanos que a partir de ahora será una especie de lugarteniente del cartaginés. En fin… Sobra decir que esa alianza es completamente inventada.

Estalla por fin la guerra y presentan al principal líder de la República romana, Publio Cornelio Escipión, al que califican de desalmado; todo muy objetivo, vaya. Se les olvida un pequeño detalle, que Publio Cornelio Escipión no era el principal líder, e ignoran a la figura de Cneo, su hermano mayor (5). El caso es que Aníbal parte hacia Italia por tierra y Escipión hacia Hispania por mar; sin embargo, sus avanzadillas chocan en la Galia -también inventado- y esto obliga a Aníbal a cruzar por los Alpes. Mientras tanto, Escipión continúa su camino hacia Hispania, donde morirá sin explicarse muy bien como y obviando siete años de guerras en territorio peninsular (6). Minucias.

Aquí tengo que hacer una parada breve en la historia para hablar de la indumentaria del ejército púnico y, más concretamente, de un detalle también sin importancia como es que en el casco de muchos cartagineses aparece un crismón, un símbolo cristiano formado por las X y P griegas, las iniciales de Χριστός o Cristo, un símbolo de unos cuantos siglos después; en este momento su existencia era imposible, Cristo no había nacido. Cuando me fijé en ese detalle me dieron ganas de lanzar el mando contra la tele; al final respiré muy hondo y me tomé una tila.

Sigue la aventura de nuestro amigo cartaginés y se ve como cruza los Alpes con muchas pérdidas, para luego sucederse una serie de batallas hasta llegar a la de más enjundia, Cannas. Para los «flipados» como yo, a los que les encanta la historia militar, esta es una batalla bien conocida, la obra maestra de Aníbal Barca, una batalla que se sigue estudiando en las academias militares de todo el mundo (7). Durante los momentos previos a la batalla, aparece Aníbal con Magón, que en vez de estar en Hispania (8) como narra la historia oficial, se ha ido de picos pardos con su hermano hasta Italia, según los señores del canal Historia, y le está contando de manera muy épica que los romanos morderán el polvo. Cuando acaba la tan íntima conversación entre hermanos, aparece un activista por los derechos civiles, que no sé muy bien que pinta en esta historia, diciendo que fueron los bárbaros los primeros que lucharon contra la esclavitud. Volví a respirar hondo y continué con el “documental”. En eso que aparece un romano con una cara de mala leche impresionante y lo presentan como el líder del ejército rival. ¿Adivináis quién es? Los que conozcáis la batalla pensaréis en Emilio Paulo (9) o en Varrón (10), que son los cónsules que estaban allí dirigiendo a los romanos y sus aliados; pues no, según estos “expertos” que pretenden dar un documental de gran rigor histórico, se trata de Publio Cornelio Escipión, el hijo del anterior y que será más conocido como el africano (11). Mi pregunta es, ¿por qué? En serio, ¿por qué? Es que no entiendo el motivo para cambiar algo así. Aquí me tomé mi segunda tila y esta vez sí que tiré el mando contra la tele.

Una vez concluida la batalla con victoria cartaginesa, aparece Escipión pidiendo al Senado que se ataque África, de Hispania, que fue lo que ocurrió primero, ni hablamos (12); y después de despachar más de una década en Italia en tan solo unos segundos diciendo que Escipión se dedicó a aplacar continuamente a los bárbaros, se da el salto a África y a la batalla de Zama. ¡En menos de dos minutos se ha pasado de derrotar por completo a los romanos a atacarles en su terreno sin saber muy bien como lo han hecho! Pero es que la explicación de la victoria de la batalla de Zama es que los romanos siguieron la misma táctica que los cartagineses en Cannas (13)… Otra tila más para el director del canal por favor… El final sigue la misma línea precipitada e imprecisa.

Lo que no me explico de todo ese despropósito es porque lo han hecho así. No había necesidad de inventarse nada; se pueden entender algunas licencias para hacer el documental un poco más cinematográfico, pero no mentir abiertamente y modificar partes fundamentales de la historia. Un documental de un canal de tanta entidad debe ser riguroso y fiel; la historia es como es, no como nos gustaría que fuera, y es el deber de todo divulgador no faltar nunca a la verdad y narrar la historia tal y como fue, para que así podamos aprender de la historia y no extender bulos como que los extraterrestres construyeron las pirámides o que no existió el holocausto. Hay que convertir a la Historia en algo divertido, como se intenta hacer en Khronos, pero nunca faltando a la verdad.