Mujeres en la arena ¿luchadoras o modelos eróticas? Gladiadoras romanas

Los gladiadores siguen estando de moda. Somos muchos los que nos hemos deleitado viendo series de televisión que representan “fielmente” la realidad histórica, como Spartacus; ¿acaso no tenían todos los gladiadores un torso salido de un anuncio de No + Vello? ¿Y todas esas esclavas rebeldes unos bonitos senos y un culo prieto por pura genética? Otra cosa no, pero debemos admitir que los romanos y las romanas estaban “bien hechos”… ¡y no digamos ya las gladiadoras!

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Britney Spears, Beyoncé y Pink, vestidas como gladiadoras para un famoso anuncio de Pepsi (2004). Fuente: Imworld

“Las niñas no se pelean”, enseñan nuestros mayores desde tiempos inmemoriales. Aunque claro, si las niñas ya están criadas, son físicamente atractivas y combaten de forma sensual y en bikini sobre una piscina de barro; o en aceite o en gelatina, sí, sí, como la Royal), no parece tan malo, al menos para los asistentes varones. La razón reside en que estos combates no son vistos como un combate serio, sino que prima más lo erótico y los posibles “descuidos” de las participantes que la técnica o esfuerzo físico.

El papel que la mujer debía ocupar en la sociedad según la moralidad de la antigua Roma, estaba limitado al ámbito doméstico, la crianza de los hijos y ser una buena, casta y pura esposa (más o menos como aquí durante la etapa franquista). Quizás sea por esta connotación negativa por lo que casi nunca se habla de las mujeres que violaron su papel social, impuesto por la sociedad patriarcal. ¿Dónde están las mujeres que combatieron en la arena? Seguramente te hayas emocionado viendo cientos de veces la famosa película de Gladiator (Ridley Scott, 2000), aunque no te hayas percatado de que uno de los combatientes que aparece luchando contra nuestro protagonista Máximo, sí, la que dispara flechas sobre el carro, es una mujer.

Pues sí amigos, las gladiadoras existieron aunque no fuera un espectáculo tan extendido como el de los gladiadores. Quizás por la infrecuencia de este tipo de combates no existiera si quiera una palabra en latín para el femenino de gladiador… ¡Oye, pero Wikipedia dice que sí que existe, Gladiatrix! (1) Pues querido lector, siento decirte que esto es erróneo, Wikipedia una vez más te ha mentido, este término se inventó mucho después.

El origen de la gladiadora

El origen de combates de mujeres en la arena, al igual que el de los varones, tiene su origen en una práctica funeraria etrusca. En esta práctica, los familiares más allegados tenían la obligación de pagar un combate de gladiadores en honor a la memoria del muerto (normalmente los combatientes eran esclavos) bajo la creencia de que la sangre del luchador derrotado favorecía al espíritu del difunto en la otra vida. Sí, como lo oyes, el derrotado moría, por lo que el sacrificio de un humano en honor al difunto, aseguraría que el espíritu no atormentara por las noches a sus parientes. Aunque yo sinceramente no dormiría tranquilo sabiendo que ahora se presentaría el espíritu del esclavo sacrificado…

Las mujeres gladiadoras luchaban con armas contra otra mujer, no había combates individuales entre hombres y mujeres. En los combates colectivos (2) sí que podía aparecer alguna mujer sobre un carro en alguno de los bandos, probablemente usando arco y flechas; combates colectivos de verdad, no como los que suelen verse de lucha libre o wrestling, donde lo único real es que todos van «hasta arriba» de anabolizantes.

Cierto es que, dentro de la sociedad romana, debemos diferenciar entre las mujeres de clase alta y las de clases sociales bajas (3). Ante la inexistencia del spinning, algunas mujeres de las clases altas entrenarían con armas para poder “lucir bikini durante sus vacaciones en Matalascañas”. Todo lo contrario en el caso de las mujeres de las clases menos pudientes, que buscarían entrenar como gladiadoras para dar de comer sus hijos. El trato en la arena también sería totalmente diferente. Las mujeres de clase alta que participaran lo harían libremente para demostrar su manejo con todo tipo de artilugios punzantes, sin necesidad de asociarse a un lanista (4) y de forma gratuita, por lo que saldría económica al organizador de los juegos.

Por el contrario, las mujeres pobres que luchaban por necesidad de dinero, caerían más fácilmente bajo los lazos del lanista, que les proporcionaría comida y lugar para entrenar a cambio de quedarse una parte del dinero que recibía por combatir; te retenía parte de la nómina, como hoy en día Hacienda. Aparte, no debemos olvidar que en Roma la esclavitud estaba institucionalizada, por lo que existirían mujeres gladiadoras esclavas que serían propiedad del lanista, es decir, con menos derechos y libertades que un actual campesino norcoreano.

La presencia de una mujer en la arena solía estar relacionada con el lujo y el exotismo, ya que estas mujeres rompían con el papel de esposa casta y recatada que demandaba la moral romana, por lo que muchos de los asistentes se pondrían más candentes que “el palo de un churrero” o “la bragueta de un herrero”. La muestra de mujeres luchando con maestría en la arena recordaba a los asistentes a las míticas y exóticas guerreras amazonas. Las gladiadoras lucharían mostrando su torso desnudo (de forma parcial o total); espada en mano y senos “al aire” la gladiadora representaría para muchos varones una auténtica fantasía sexual.

Relieve en mármol hallado en Halicarnaso (actual Turquía), que representa a dos gladiadoras, Achilia y Amazona. Fuente. Escultura de Bronce que representa a una gladiadora que levanta una sica. Fuente

Este elemento erótico de los combates femeninos, ha servido a algunos para calificar estos enfrentamientos más como exhibición erótica que como un evento deportivo. Sin embargo, no debemos dudar de que se tratarían de verdaderos enfrentamientos deportivos. Sobrevalorar el estímulo erótico, que supondría el observar a dos mujeres luchando desnudas de cintura para arriba, no puede servir para menospreciar el esfuerzo, el riesgo y la técnica que suponían este tipo de combates para las luchadoras. Es más, el espectador sin salir del anfiteatro observaría otros espectáculos sexualmente más cargados como las ejecuciones de mediodía, donde las víctimas (mujeres inclusive), serían ejecutadas completamente desnudas, ya que la desnudez pública era parte de la pena; además de algunas summa supplicia o penas capitales de claro carácter sexual.

El elemento erótico en el combate no es incompatible con que se trate de una competición seria, al igual que también los gladiadores masculinos resultaban muy atractivos para las féminas romanas. Ya que, exceptuando casos aislados como el de Domiciano que enfrentó mujeres sin preparación con enanos, los combates femeninos seguirían las mismas técnicas y rigor reglamentario que el combate masculino.

«El boom de los juegos de gladiadoras»

Destacan los combates de gladiadoras de la época de Nerón (54-68 d.C.), un emperador mesurado, modesto y virtuoso; como demuestran algunas de sus aficiones, como disfrazarse para alquilar prostitutas pobres y someterlas a actos zoofólicos y prácticas sexuales violentas. Durante su reinado se puso de moda la lucha de gladiadoras como muestra del lujo y del poderío estatal, ya que los combates de mujeres serían más caros de lo normal, por lo que se sospecha que la mayoría de estos juegos fueron sufragados por las arcas imperiales (pese a que existieron también algunos ofrecidos por personajes ilustres).

Nerón fue un emperador innovador, sus juegos tenían que ser diferentes y para ello puso a luchar a mujeres con enanos; hombres, mujeres y niños etíopes a la vez (5); o incluso en otra ocasión, a su propia concubina vestida de amazona. La conmoción social llegó cuando el emperador ofreció unos juegos a su difunta madre, en los que hizo participar a hombres y mujeres de clase media y alta (6).

La participación y elección libre de mujeres que luchaban como gladiadoras  (incluso de clase alta), podría ser entendida como mujeres que buscaban conquistar nuevos espacios, hasta entonces, vetados por su género. Los “conservadores” romanos se vieron escandalizados por este tipo de juegos. No por el hecho de que participaran mujeres, sino por la participación de mujeres de las clases altas y nobles; lo que rompía con el esquema de matrona establecido. Por ello, finalmente el emperador Septimio Severo prohibió que cualquier mujer (libre o esclava) luchara como gladiadora en el año 200 d.C., pese al abucheo de la población (7).

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Póster de promo de Spartacus. Blood and Sand (2010). Fuente: Movie Still

Menudos salidos eran estos romanos, aunque parte de la sociedad aún no ha cambiado. No hace falta más que mirar lo que muchos espectadores varones demandan en un combate femenino, o en cualquier deporte ya sea fútbol, rugby o tenis… Además de la existencia de salarios «segunda» para aquellas deportistas profesionales; cuyo esfuerzo y dedicación, parece valer menos que el de los participantes del otro sexo.

Aparte, ¿nunca os habéis preguntado si fueron realmente los antiguos romanos unos sádicos y pervertidos como vemos en TV? Puede que sí, pese a que sospecho que en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que “reconstruimos fielmente” la realidad histórica; haciendo hincapié en aquellos aspectos históricos que nos interesan. Podemos dar por sentado que nos atrae el sexo, la sangre y la violencia, pareciendo la “veracidad histórica” una excusa. ¿Quién quiere comprender qué pasó en Roma pudiendo deleitarse con los bonitos cuerpos desnudos de personas que se hacen pasar por antiguos romanos y romanas rozándose? Respecto al tema que nos ha ocupado, os animo a buscar “gladiatrix” en un buscador online, (¡cuidado si hay menores delante!) para observar como “fielmente” se representa a verdaderas actrices porn…, perdón, a «verdaderas» gladiadoras romanas.


Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Enlace a la entrada de Wikipedia

(2) En los combates colectivos (gregatim) podía participar alguna mujer gladiadora en alguno de los bandos, aunque normalmente subida en un carro con arco y flechas, ya que es un arma que requiere de menos fuerza, y era más fácil de manejar con destreza para la mujer. Además este arma, tradicionalmente formaba parte del arsenal de las amazonas y de la diosa Diana. Mañas, 2011, p. 332.

(3) Feminae y mulieres, respectivamente.

(4) Especialista en la compra, venta y adiestramiento de gladiadores y gladiadoras.

(5) Dión Casio, 63. 3

(6) Suetonio, Nero, 12. 1.

(7) Dión Casio, 76. 16. Aunque se sospecha que pudo suponer la prohibición de la participación pública de las mujeres en cualquier evento deportivo, en general.


Bibliografía

  • Brunet, S., 2014, “Women with Swords. Female Gladiators in the Roman World”, in Christesen, P. and Kyle, D. G. (ed), A Companion to Sport and Spectacle in Greek and Roman Antiquity, John Wiley & Sons, Oboken, pp. 478-491.
  • Gerner, D. E., 2010, A Matter of Life and Death: Gladiatorial Games, Sacrificial Ritual and Literary Allusion, Thesis, University of Oregon, Eugene.
  • Hopkins, K., 1983, “Murderous games”, Death and Renewal: sociological studies in Roman history, vol. 2, Cambrigde University Press, Cambridge.
  • Jewel, R. T. et al., 2011, Violence and Aggression in Sporting Contests: Economics, History and Policy, Springer, Berlin.
  • Johnson, D. L., 2013, “It´s a Scandal: Can Minority Women in the Legal Academy be Gladiators?, Seattle Journal for Social Justice, vol. 12, Art. 4.
  • Knapp, R. C., 2011, Los Olvidados de Roma. Prostitutas, forajidos, esclavos, gladiadores y gente Corriente, Ariel, Madrid.
  • Mañas Bastidas, A., 2011, Munera Gladiatoria: Origen del Deporte. Espectáculo de Masa, Tesis Doctoral, Universidad de Granada, Granada.
  • Ortega Balanza, M., 2012, “Mujeres en la arena. Participación femenina en los ludi circenses”, Historiae, nº 9, pp. 111-136.
  • Ross Murray, S. , 2003, “Female Gladiator of the Ancient Roman World”, The Journal of Cambative Sport.

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Rubén Montalbán López
Director de este ambicioso proyecto. Graduado en Geografía e Historia por la Universidad de Jaén y Máster en Historia y Ciencias de la Antigüedad por la UCM y UAM. Interesado en la Historia de las Religiones, en especial, en épocas de conflictos religiosos, y apasionado de la Historia Social, debemos dar voz a los Sin Voz.

3 COMENTARIOS

  1. En la etiópida (poemas de épica griega arcaica, hay una edición en español de ed. gredos) Pentesilea (una amazona retoma la lucha troyana luego de la caida de Héctor), tambien es muerta por aquiles quien luego de vencerla copula con ella. Allí está el vinculo arcaico entre el erotismo y el combate que tu describes muy posteriormente. Si bien en la época arcaica no existen textos historicos, las narraciones describen la forma en que la sociedad entiende el combate de igaul manera entre hombres y mujeres, y es relevante el uso de metaforas con las que continúa la muerte de «hector domador de caballos» con Pentesilea por la frase «y llegó la amazona»

    • Evidentemente existiría un vínculo anterior entre el erotismo y el combate, pero el artículo no pretende centrarse en la posible relación o no de ambos elementos, sino en criticar ciertas interpretaciones sesgadas que pretenden ensalzar únicamente el elemento erótico o exhibicionista en este tipo de combates, desplazando a un segundo plano, la técnica, el esfuerzo o la implicación dedicada por las mujeres que luchaban como gladiadoras en la arena. Asimismo, se pretende explicar cómo desde nuestra visión actual del mundo del deporte (donde existen diferencias salariales dependiendo del género de la/del deportista), podemos «malinterpretar» la interpretación que hacemos de nuestro pasado, exaltando o «inventando» únicamente aquellos rasgos o elementos más fáciles de consumir por los espectadores (como ocurre en cine o TV). Muchas gracias por tus incisos hans Abaris y gracias por la información proporcionada. Saludos.