¿Por qué dio tanto miedo el comunismo?

En octubre de 1917 se culmina la revolución rusa con la toma del poder por parte del comunismo. Se trata del primer caso en la historia de una revolución de carácter proletario y campesino a gran escala. Las ideas marxistas se ponían en práctica con el objetivo de crear una sociedad más igualitaria y justa.

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Propaganda del ejército blanco en la que se representa a Trotski como un demonio, 1919. Fuente: Wikipedia

Conocer el resultado de la aplicación de esas ideas no es el objetivo de este artículo, sino el indagar en el hecho del por qué una ideología pudo generar tantos recelos e incluso miedos a lo largo del mundo occidental. El triunfo bolchevique parecía poner en jaque el orden mundial capitalista, por lo que despertó una oposición brutal que, mediante propaganda y medidas legales, se encargaría de mantener lejos de sus tierras a los comunistas. Es en este punto en el que planteamos la siguiente pregunta: ¿Por qué dio y da tanto miedo el comunismo?

Un poco de contexto del comunismo

En un mundo sumido en crisis por la I Guerra Mundial, la revolución rusa abrió un proceso histórico que se iba a caracterizar por el enfrentamiento entre el ideal capitalista de libertad frente al ideal socialista de igualdad. Este proceso marcaría prácticamente todo el siglo XX, generando amores y odios en ambos bloques ideológicos y llevando al mundo a un tenso enfrentamiento que se acabaría conociendo como la Guerra Fría y que alcanzaría sus mayores cotas de rivalidad tras la II Guerra Mundial.

De la misma manera que el comunismo utilizó la propaganda para justificar su causa, sus rivales la utilizarían para demonizar y atacar a sus partidarios. Estos son algunos ejemplos de principios del siglo XX.

The Increasing Global Import of May Day | GSAFE
“All they want in our flag”, Evening World, 1920. Fuente: GSAFE
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Las obras maestras del diablo, Portland Telegram, 1919. Fuente: History Teaching Institute

Karlos, el “barbas”

Lo cierto es que todo este revuelo viene causado por un solo hombre, un tal Karlos. De él podemos decir, básicamente, que fue un hombre con suerte. Vivió la vida de un parásito burgués que, rodeado de buenas compañías y con mucho tiempo libre, se dedicó a escribir. Periódicos, libros, ensayos, manifiestos… lo que surgiera. Contaba además con la ayuda de su amigo Federico para el tema de la escritura. Con sus obras, gastaron la tinta de miles de imprentas y llegaron a rincones inexplorados. Fueron traducidos a saber a cuantos idiomas. Y todo esto sucedió porque tenían un mensaje de esperanza para los pobres del mundo: “Alzaos”.

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Vamos loco, que te quedas atrás. Fuente: Redbubble.

Menuda movida tocha lo de Marx y Engels, en palabras de un estudiante de Historia en el aparcamiento de Fabrik a las 3 de la mañana. Lo verdaderamente alucinante de todo esto es que tantos millones de personas leyeran a esos hombres, los entendieran, compartieran sus ideas y estuvieran dispuestos a morir por ellas. En la actualidad, hay marxistas que antes de leer a Marx necesitan como mínimo tres cubatas para entrar en calor. 18 de Brumario o el Capital son, nos guste o no, más densos que un bocadillo de polvorones. De hecho, esta puede ser una de las razones por las que da tanto miedo el comunismo. Ver un libro de Marx y automáticamente notar como te asfixias gramaticalmente es un síntoma muy común. Normal que de miedo.

El terremoto ruso, llega el comunismo

La principal razón del miedo que causó el comunismo fue, evidentemente, el triunfo en Rusia de una revolución que hicieron unos tíos que habían sido valientes y habían leído a Marx. Como sabéis, esta revolución trajo esperanza a los pobres. Pronto hubo levantamientos en diferentes partes del mundo, sobre todo en Occidente, donde el capitalismo ya estaba más que asentado y existía un proletariado incluso más fuerte que en Rusia.

Cuánto cabrón / Sabias palabras del viejo Lenin
Nasdrovia za Lenina. Fuente: Cuanto cabrón

En estas sociedades se produjeron represalias contra estos movimientos, tales como deportaciones, detenciones e incluso ejecuciones. ¿Hasta qué punto una revolución en Rusia podía generar tanta influencia en todo el mundo? La verdadera cuestión es que la revolución no es lo verdaderamente importante, sino las ideas que están detrás de la misma. Países industrializados en los que la masa obrera era realmente importante, veían como llegaban vientos de cambio. Los acaudalados, evidentemente, empezaron a lucir unos buenos testículos a modo de corbata, y no iban a cesar en su lucha por mantener sus privilegios. Es, por tanto, un miedo al cambio y a la ruptura del orden lo que provocó tan exaltada propaganda, básicamente porque la amenaza del triunfo socialista era más real que nunca.

Enemigo interno

Para concluir, se puede afirmar que el comunismo genera miedo porque es, básicamente, una ideología. Igual que lo genera el fascismo, o el nazismo. Son enemigos contra los que no se puede luchar porque son abstractos. No se puede luchar contra unas ideas, en todo caso contra aquél que las profesa. Aun así, todos sabemos que Lenin, Trotski, Stalin, Fidel, el Che, Santiago Carrillo o Hugo Chávez no son la misma persona. Ni siquiera pensaban igual. Pero claro, compartían la hoz y el martillo.

Lo mejor es que no importa lo que se haga. Se puede matar al hombre, pero no al ideal. Y eso es lo que más miedo genera a los poderosos, el saber que siempre va a haber gente valiente y con tiempo libre que lea a Marx que no tendrá mayor deseo que comerles. Al horno y con una manzana en la boca. Y todo porque dijo que vivieran los pobres del mundo.

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Santiago Rocandio Egea
La Historia me enamora y me cabrea a partes iguales. Escribo para transmitir ambas cosas, siendo mi referencia aquello que dijeron Plauto y Hobbes: Homo Homini Lupus. Graduado en Historia por la Universitat de Barcelona. Máster en Investigación y Estudios Avanzados en Historia por la Universidad de Salamanca.