Gloomy Sunday, la «canción húngara del suicidio» – ¿una canción maldita?

Gloomy Sunday («Domingo Sombrío») ha pasado a los anales de la Historia como una canción maldita. «Apodada» como la canción húngara del suicidio (o la canción suicida) (1), cuentan las malas lenguas que todo aquél que osa escucharla no puede reprimir las ganas de quitarse la vida. Ésta es la leyenda urbana, que viene forjándose desde la década de los ’30 del siglo pasado, y que gracias al cine y a internet, ha alcanzado dimensiones incalculables (2).

En España, pusimos nuestro granito de arena con La Caja Kovak (3). Dicha película nos cuenta como una serie de personas se suicidan, sin pensárselo dos veces, en cuanto escuchan Gloomy Sunday. El guión es bastante original: un novelista, una cantante y un científico que estudia el control mental e inserta microchips a la peña. Así, provoca los suicidios, detonados cuando suena Gloomy Sunday, declarada como canción maldita desde el comienzo del film. No tiene desperdicio y os la recomiendo para pasar un ratico entretenido.

¿Hay canciones malditas?

Pero, seamos sensatos: ¿existen las canciones malditas? ¿De verdad una canción tiene el poder de hacer que te suicides o de que cometas algún tipo de acto criminal? ¿Gloomy Sunday provocó con su escucha que centenares de personas se suicidasen? ¿Acaso los pobres Beatles tuvieron la culpa de que Charles Manson eligiese sus canciones para alimentar su siniestro mito? (4). ¿Tuvo la culpa Marilyn Manson de la «matanza de Columbine», en 1996? (5). La respuesta a todas estas preguntas es evidente y rotunda: pues NO (6).

Como suele ocurrir, la Historia nos arroja luz sobre los mitos y leyendas que se encargan de acojonar al personal alrededor del globo. Así pues, veamos qué respuestas puede darnos sobre la dichosa Gloomy Sunday, su autor (o, más bien, autores), y la ola de suicidios que se desató tras convertirse en todo un hit.

¡ADVERTENCIA! Durante la realización de este artículo he escuchado Gloomy Sunday por activa y por pasiva, en sus diferentes versiones (he estado tentada a escucharla incluso hacia atrás) y no se ha despertado en mí ningún tipo de impulso suicida. Avisados estáis.

El nacimiento de Gloomy Sunday: el mundo se acaba

Hungría, 1933. Un judío llamado Rezső Seress compuso una canción: Vége a Világnak («Es el Fin del Mundo» o «El Mundo se Acaba»). Hablaba sobre la desesperación causada por la guerra y la fuerte ola antisemita que se estaba gestando en Europa (7). Tras la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión (una crisis económica de aúpa) azotaba al mundo, el señorito Hitler se había convertido en canciller alemán y la Segunda Guerra Mundial estaba a la vuelta de la esquina (8). La cosa bonita no pintaba. Mucho menos, para un judío. No nos puede sorprender que la tristísima canción compuesta por el amigo Rezső dijese y sonase así:

El mundo ha llegado a su fin, la esperanza ha dejado de tener sentido / Las ciudades están siendo arrasadas, la metralla hace música / Los prados están teñidos de rojo con sangre humana / Hay muertos en las calles por todos lados / Diré otra oración tranquila: / La gente es pecadora, Señor, se equivoca … / ¡El mundo se acabó!

Como la letra era tan triste e incómoda, dada la situación que se estaba viviendo, Rezső  no le daba salida. Así que un poeta húngaro, László Jávor, la reescribió. Eso sí, se conservó la música original compuesta por Rezső (9). Esta nueva versión, creada a pachas entre ambos, se llamó Szomorú Vasárnap (Gloomy Sunday), y ya no hablaba del panorama al que se enfrentaba Europa, sino de una triste historia de amor: tras la muerte de su amada, el autor se plantea suicidarse (10). Y salió así al mercado, publicándose en 1933. Se convirtió en todo un éxito, primero en Hungría y después, al traducirse al inglés, en Estados Unidos e Inglaterra (11).

El desdichado Rezső Seress: el papi de Gloomy Sunday

Rezső Seress era un pianista y compositor de Budapest (12). Compuso varias canciones, incluso para el Partido Comunista Húngaro, con el que simpatizaba. Pero, sin duda, ha pasado a los anales de la Historia por Gloomy Sunday (13). Su vida no fue precisamente sencilla. Vivió la mayor parte de su vida en Budapest, sumido en la pobreza (14). A principios de la década de 1930, Rezső solía tocar su Gloomy Sunday en el restaurante/pub Kis Pipa (15). Era el antro favorito de bohemios, prostitutas, músicos y la clase obrera judía (16). Cuando la canción alcanzó fama mundial, se negó a marcharse a Estados Unidos a hacer fortuna, por lealtad a Hungría. Prefirió quedarse en su Budapest natal, tocando en su restaurante habitual, y sin enriquecerse a pesar del enorme éxito de su canción, Gloomy Sunday (17).

Rezső Seress Gloomy Sunday
Rezső Seress. Fuente: Wikipedia.

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, los nazis le hicieron prisionero – recordemos que era judío – y sufrió las penurias de los trabajos forzados del campo de concentración, en Ucrania (18). Logró escapar de allí, supuestamente, porque un oficial nazi le reconoció como el compositor de Gloomy Sunday. Pero su madre no corrió la misma suerte. Después, se cuenta que consiguió trabajó en un circo, como trapecista, pero sufrió un accidente y perdió una mano. Así que no le quedo otra que aprender a tocar el piano con una sola mano (19), porque en adelante se dedicó exclusivamente a componer y tocar en el Kis Pipa (20).

El domingo sombrío de Rezső Seress

Rezső siguió viviendo empobrecido y se fue sumiendo en una enorme depresión: su fama empezó a decaer y perdió la fe en el Partido Comunista. Además, la enorme fama que alcanzó Gloomy Sunday le atormentó el resto de su vida. Sentía que jamás sería capaz de componer otra canción tan genial y exitosa como ésa. Rezső estaba condenado a vivir a la sombra de su gran creación (21). Finalmente, se suicidó en enero de 1968: saltó de una ventana (poéticamente, un domingo), sobrevivió, pero en el hospital se remató estrangulándose con un alambre (22).

Con ello, alimentó la leyenda negra que ya caía sobre su gran hit (23). No debe sonarnos extraño que un músico famoso con problemas existenciales se suicide y pueda sentar un precedente entre sus seguidores. Cuando Kurt Cobain decidió acabar con su vida, se tuvo pánico a que pudiese propagar una oleada de suicidios entre sus fans – suicidio por imitación -. Por ello, trataron por todos los medios de no romantizar su suicidio e incluso condenarlo: «Gran persona, gran músico, pero un acto estúpido», decía en el funeral su viuda, Courtney Love (24).

Gloomy Sunday y la ola de suicidios

Desde que Gloomy Sunday se publicó, en 1933, simultáneamente al éxito que alcanzó, los periódicos empezaron a informar de una serie de suicidios relacionados con la canción. Así que la policía de Budapest la prohibió. Aunque en este asunto de la oleada de suicidios, es complicado distinguir entre hechos y ficción (25). La prensa contribuyó muchísimo a la formación de la leyenda y del mito (26).

A lo largo de la década de 1930, es cierto que en Hungría los suicidios eran el pan de cada día – cosa que se prolongó a lo largo del siglo XX – (27). Pero esta oleada no se quedó solo en Hungría: la canción alcanzó fama mundial, pues se tradujo al inglés, y con ella, los suicidios también (28). La bola se empezó a hacer gigante, porque estas personas que decidían quitarse la vida dejaban una nota haciendo alusión a Gloomy Sunday, o la partitura de la canción (29). La conclusión que se sacó es que tras escucharla, muchas personas se suicidaban – se habla de diecisiete suicidios en Hungría y hasta doscientos en todo el mundo – (30). Sin más análisis ni calentamientos de cabeza. ¡Era una canción maldita!

En 1941, la canción alcanzó el apogeo de su popularidad, pues la grabó la mismísima Billie Holiday (31). Y aunque se le añadió una tercera estrofa donde se deja caer que los deseos de suicidio son un sueño, la oleada de suicidios no se detuvo. Así que las radios estadounidenses y la mismísima BBC británica prohibieron la canción – en el caso de Estados Unidos, esto es cuestionable, pero la BBC la ha tenido vetada hasta 2002 – (32). Y no hay nada como prohibir algo para alimentar una leyenda negra.

¿Por qué una canción tiene tanto impacto?

Para empezar a arrojar luz: ¿por qué Gloomy Sunday supuestamente influye tanto a la gente? ¡Con todas las canciones tristes y melancólicas que hay! Pues resulta ques una de las canciones más grabadas de todos los tiempos. ¡Hasta Sinead O’Connor y Börjk se han atrevido con ella! (33). Además, también se ha utilizado Gloomy Sunday como banda sonora en muchas películas. El ejemplo más archiconocido es La lista de Schindler, de Spielberg (34).

Tanta popularidad, lógicamente, causa diversas reacciones. En personas que ya estaban en riesgo de suicidio, su tristísima letra pudo haber contribuido a que tomasen la decisión de poner fin a sus vidas (35). Pero Gloomy Sunday no fue la primera – ni la última – obra artística en inspirar una ola de suicidios. En 1774, Goethe publicó Las Penas del Joven Werther, desencadenando en Europa un efecto bastante similar – hasta se le llamó el «efecto Werther» – (36). ¿Queréis un ejemplo más actual? Lo tenemos en la famosísima serie de Netflix, Por Trece Razones (37). En el mundo de la música, también existen otras canciones consideradas «suicidas» – los padres de adolescentes se han hinchado de denunciar a artistas como Ozzy Osborne -. Ya sabéis la mala fama que se gasta el rock (38). Pero Gloomy Sunday es sin lugar a dudas la «canción suicida» más famosa del siglo XX (39).

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En cualquier caso, es indudable que un suicidio no se puede achacar a un único factor. Mucho menos, al hecho de escuchar una canción, leer un libro o ver una serie (40). En el caso de la oleada de suicidios asociados a Gloomy Sunday, las circunstancias que se vivían en la Hungría de los años ’30 tienen mucho que contarnos.

Hungría y su particular Gloomy Sunday

Hungría, en la década de 1930, cuando Gloomy Sunday vio la luz y se convirtió en un exitazo, tenía un panorama bastante negro. La inseguridad económica, el desempleo, una situación política inestable – los húngaros estaban gobernados por un fascista antisemita – y la amenaza punzante del nazismo hicieron que la población se sumiese en la desesperanza (41). No es de extrañar, ante tales circunstancias, que muchos húngaros decidiesen acabar con su vida. En el momento en que se lanzó Gloomy Sunday, la Gran Depresión estaba en su apogeo y hacía estragos en Hungría – y en el resto de Occidente, de ahí que los suicidios se extendiesen a otros países, como Estados Unidos o Inglaterra – (42). Las tasas de suicidio húngaras fueron escalofriantes y además, la aceptación del mismo – tema tabú por excelencia (43) – también (44).

Gran Depresión crack del 29
Imagen icónica de la Gran Depresión. Fuente: Wikipedia.

A todo esto hay que sumarle que el país también estaba a la cabeza en cuanto a trastornos afectivos y problemas de salud mental (45), y que las tasas de alcoholismo también estaban por las nubes (46). Si sumamos todos estos factores, nos dan como resultado que la depresión era bastante común entre la población húngara (47). Así, no fue una canción la que condujo a la gente a suicidarse, sino todos estos factores preexistentes (48).

Una canción triste, para una triste época

Gloomy Sunday, a fin de cuentas, es el retrato de su época. Una época sombría, desconcertante, hambrienta y amenazante, en la que el mundo vivió uno de sus episodios más oscuros. La canción ni está maldita ni tiene el poder mágico de controlar la voluntad de nadie, pero sí expresaba la desesperación de mucha gente, que se quedó sin pan que llevarse a la boca, con la incertidumbre de la desesperanza en el futuro, y con los nazis tomando el control y amenazando al mundo.

Os dejo con la maravillosa versión de Gloomy Sunday de Börjk – personalmente, mi favorita, con todos mis respetos a Billie Holiday -. Disfrutadla con pasión y sin miedo. Y recordad que para toda leyenda urbana, siempre hay una explicación histórica y racional.



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Gloomy Sunday se ha convertido en una de las canciones más extraordinarias por su impacto. Se ganó el apodo de “canción suicida húngara” o “canción del suicidio” (Lester y Gunn, 2011, p. 137; Giner, Medina y Giner, 2014, p. 16; Thopandi, 2016, pp. iv y 65) porque se le atribuyó una epidemia de suicidios en Hungría en las décadas de 1930-1940, algo que en la cultura occidental posterior vería repetirse con la acusación de inducción al suicidio a grupos de heavy metal como Black Sabbath con su canción Suicide solution (1980) o Megadeth con À tout le monde (1995), entre otros muchos. Campo Aráuz, 2015, p. 72.

(2) La codificación de la leyenda de Gloomy Sunday  ocurrió durante la era de Internet (todo se magnifica a través de internet; Larsen y Teigen, 2020, p. 694) pero, por supuesto, la historia data de mucho antes (década de 1930). Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350. Es innegable que este asunto se ha extendido en todo el mundo. Incluso se han creado foros en internet, en los que los usuarios experimentan escuchando la canción y compartiendo sus sensaciones (que van desde las más comunes, hasta los que afirman sentir escalofríos y miedo, o sufrir pesadillas). Natalia, 2012, pp. 7-9.

(3) The Kovak Box (2006), dirigida por Daniel Monzón y protagonizada por Timothy Hutton y Lucía Jiménez. Está inspirada en Gloomy Sunday; Lucía Jiménez la interpreta. En la película, la escucha de Gloomy Sunday impulsa a suicidarse a gente a la que un malvado científico ha insertado un microchip para el control mental. Kurniawan, 2015, p. 3. Manrique, 2020. Otra película basada en Gloomy Sunday es A Song of Love and Death – Gloomy Sunday (1999), de Rolf Schübel (el origen de la canción se convirtió en el trasfondo de esta película alemana/húngara, basada en una novela de Nick Barkow; Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350). En ella se transmite una impresión de los efectos de la Segunda Guerra Mundial en la capital húngara, Budapest. En la segunda parte de la película el espectador se enfrenta a la amenaza que plantea el cambio de política en Europa (el fascismo llegó a Hungría en 1944), así como el fin de la guerra. Tristan Lay, 2009, pp. 33-40.

(4) En 1969 Sharon Tate y otras cinco personas fueron asesinadas a instancia de Charles Manson. Éste alegó que los Beatles le instaban en sus letras a liderar la lucha por la supremacía de la raza blanca. Saiz Clar, 2018, p. 41.

(5) Algunas asociaciones y foros culparon al cantante de la masacre, tras filtrarse que los asesinos eran supuestos seguidores de su música. Se llegó a decir que en sus conciertos se practicaba el bestialismo, que se realizaban rituales satánicos y que repartía drogas gratis. El cantante declaró: “la masacre de Columbine destruyó toda mi carrera en un momento”. Saiz Clar, 2018, pp. 42-43.

(6) Primero, que la música que se escucha define quién se es, es un mito, basado en estereotipos simplistas. La personalidad del oyente no tiene mucho peso a la hora de elegir la música que decide escuchar. Los rasgos de la personalidad del oyente influyen principalmente en su forma de responder a la música, más que a su preferencia o al género musical que escuche. La música con un carácter desafiante de la norma social (como el heavy metal, el rock o el punk) se asocia históricamente a conductas también “fuera de la norma” (consumo de drogas, conducta sexual, conducta antisocial o suicidio). Sin embargo, la música clásica y el jazz, asociadas a efectos positivos en los individuos que la escuchan, nos demuestran una gran contradicción a este respecto con Domingo Sombrío (1933) y la ola de suicidios que supuestamente provocó. La relación causal entre la escucha de cierto estilo musical con este tipo de conductas es otro mito: la música no sirve como antecedente o predictor de estas conductas. Hay muchos oyentes de estos géneros que no repiten dichas conductas y, lo más importante, existen otros factores internos y externos del sujeto que le hacen autoresponsable de estas conductas. No se debe atribuir a un solo factor el peso de un comportamiento multifactorial. Saiz Clar, 2018, pp. 12-47.

(7) Gloomy Sunday tenía como título original Vége a Világnak (“The Doom of the World”; Larsen y Teigen, 2020, p. 690); fue creada por Resző Seress. Takwim, 2017, p. 4. Thopandi, 2016, pp. 2 y 65.

(8) La Gran Depresión fue una época de agonía, con el peso de la pobreza derivada de la devastación económica y el espectro de una guerra inminente. Fingerhut, 1998, p. 6. “Hay todo tipo de explicaciones para el fatalismo de Gloomy Sunday. Algunos aseguran que es un producto de la Gran Depresión y la ascensión de los fascismos”. Manrique, 2020. “El supuesto aumento de suicidios en la década de 1930 asociado con la reproducción de la canción puede atribuirse al estado de ánimo del público, especialmente a la presencia de un gran número de personas deprimidas como resultado de la Gran Depresión. La influencia de la música sobre el suicidio puede depender de condiciones sociales e individuales, como recesiones económicas, pertenencia a subculturas musicales y trastornos psiquiátricos”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 349.

(9) Takwim, 2017, p. 4. Thopandi, 2016, pp. 2 y 65. Rezső Seress al principio tuvo dificultades para conseguir que alguien publicara la canción. Fingerhut, 1998, p. 2. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 351. Fue rechazada por ser demasiado deprimente. Larsen y Teigen, 2020, p. 690.

(10) Se cambió el título y la letra pasó a ser sobre una historia de amor desdichada (Thopandi, 2016, pp. 2 y 65; Natalia, 2012, pp. iii y 4): cuenta la historia de un individuo cuyo amante ha fallecido recientemente. El cantante piensa en suicidarse, para reencontrarse con la amante perdida. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350. “Gloomy Sunday es una canción sobre una persona con el corazón roto, después de morir su amada”. Kurniawan, 2015, pp. 17-20. “La nueva versión trata sobre un sobreviviente que quiere reunirse con su novia en la muerte”. “Algunas fuentes sugieren que la canción le llegó después de que su novia rompió con él y luego se quitó la vida. Junto a ella había una hoja de papel que decía simplemente Szomoru Vasarnap (Domingo sombrío). Otros aseguran que fue la novia del poeta Jávor la que se suicidó (Thopandi, 2016, p. 65). El editor que publicó la canción también debería haberse suicidado”. Larsen y Teigen, 2020, pp. 690 y 694.

(11) Kurniawan, 2015, p. 2. Larsen y Teigen, 2020, p. 692. Larsen y Teigen, 2020, p. 690. “Se convirtió en un éxito, primero en Hungría, interpretado por la orquesta de Pál Kalmár (en 1935; Manrique, 2020; fue la primera persona en grabar la canción en su letra húngara original; Thopandi, 2016, p. 4), luego en Estados Unidos e Inglaterra, interpretado por Paul Robeson y otras figuras establecidas en el mundo de la música”. Larsen y Teigen, 2020, p. 690. Las traducciones al inglés de la canción fueron escritas por Sam M. Lewis y Desmond Carter. Hal Kemp, con la voz de Bob Allen, grabó la versión de Lewis en 1936 (Takwim, 2017, p. 4). Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350.

(12) 3 de noviembre de 1899 – 11 de enero de 1968 (Fingerhut, 1998, p. 2; Thopandi, 2016, p. 2). Nació en Budapest (Austria-Hungría). Kurniawan, 2015, p. 3. Algunas fuentes dan su nombre de nacimiento como Rudolf (“Rudi”) Spitzer (Hermansyah, 2014, p. 9); fue un pianista autodidacta. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350.

(13) Rezső Seress creó muchas obras, entre ellas Fizetek főúr (“Camarero, tráeme la factura”), Én úgy szeretek részeg lenni (“Me encanta emborracharme”) y canciones para un Partido Comunista húngaro, como Újra a Lánchídon, para conmemorar el puente de las cadenas que cruza el río en Budapest. Pero su obra más famosa es Vége a Világnak/ Szomorú Vasárnap (Gloomy Sunday – “Domingo sombrío”), de 1933, que ganó gran fama al asociarse con una serie de suicidios. Hermansyah, 2014, p. 9. Kurniawan, 2015, p. 3. Thopandi, 2016, p. 2. “(…) la canción fue un éxito internacional en la segunda mitad de los años treinta, con versiones en francés, alemán, inglés, ruso, japonés o español (Triste domingo, por el tanguero Agustín Magaldi)”. Manrique, 2020.

(14) Hermansyah, 2014, p. 9. Larsen y Teigen, 2020, p. 691.

(15) Fingerhut, 1998, p. 4. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 351. O Kispipa. Manrique, 2020.

(16) Hermansyah, 2014, p. 10. Manrique, 2020.

(17) Hermansyah, 2014, p. 10. Larsen y Teigen, 2020, p. 691.

(18) Hermansyah, 2014, pp. 9-10.  Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Thopandi, 2016, p. 2.

(19) Hermansyah, 2014, pp. 9-10. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Thopandi, 2016, p. 2. La historia de que Seress fue reconocido por un oficial nazi puede haber sido inventada en retrospectiva. Las informaciones sobre la supuesta carrera de Seress como artista de circo y la caída del trapecio también son escasas. Larsen y Teigen, 2020, p. 694.

(20) Hermansyah, 2014, p. 9. Thopandi, 2016, p. 2. Siguió componiendo canciones sobre temas menos elevados – como “¡Camarero, tráeme la cuenta!” y “Me encanta emborracharme”, ver (13) –. Actuó regularmente en el Kis Pipa, y se dice que Ray Charles, Louis Armstrong y otros notables músicos visitaron este pub cuando estaban en Budapest. Hasta el día de hoy, Kis Pipa es el lugar donde se puede escuchar Gloomy Sunday fluyendo desde un dispositivo en la pared, diseñado por el “escultor guerrillero” Mihaly Kolodko. Larsen y Teigen, 2020, p. 691.

(21) Hermansyah, 2014, p. 10. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Natalia, 2012, p. 5. Takwim, 2017, p. 5. Thopandi, 2016, p. 2.

(22) Hermansyah, 2014, p. 10. Kurniawan, 2015, p. 3. Manrique, 2020. Natalia, 2012, p. 5. Takwim, 2017, p. 5. Thopandi, 2016, p. 2. “El domingo 7 de enero de 1968, el compositor Rezső Seress saltó por la ventana de su apartamento en Dob utca 46 / b en Budapest. Sobrevivió, pero en el servicio de urgencias del hospital se estranguló con un alambre”. Larsen y Teigen, 2020, p. 690. El New York Times del 14 de enero de 1968 informa del suicidio de Rezső Seress en Budapest, Hungría. Kurniawan, 2015, p. 24.

(23) Su obituario en el New York Times mencionaba la notoria reputación de Gloomy Sunday. Hermansyah, 2014, p. 10. The New York Times del 14 de enero de 1968, página 84, informó de su suicidio. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 353.

(24) Otros ejemplos de artistas que se han suicidado son Ian Curtis (1956-1980) y Nick Drake (1948-1974), aunque puede resultar difícil determinar si la muerte por sobredosis de drogas de Drake fue intencionada o no. En el caso de Kurt Cobain, se pusieron en marcha una serie de medidas de prevención del suicidio muy oportunas. El jefe del servicio telefónico de emergencias de Seattle emitió una advertencia el mismo día que tuvo lugar la ceremonia de duelo. Courtney Love, la viuda de Kurt Cobain, jugó un papel particularmente crucial. Durante la ceremonia, se escuchó una grabación en la que Courtney Love lloró y recitó partes de la nota de suicidio de Cobain. Hizo hincapié en no romantizar el suicidio, pero lo condenó en términos inequívocos (“Gran persona, gran música, pero acto estúpido”). De esta manera, el público también pudo presenciar el efecto del suicidio en los supervivientes. Es probable que estas medidas ayudaran a prevenir los suicidios imitativos. Larsen y Teigen, 2020, p. 693. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 356.

(25) Larsen y Teigen, 2020, p. 692. Natalia, 2012, p. 5. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350. “Se dice que este éxito húngaro de 1933 dio lugar a una ola internacional de suicidios. Pero en el relato de la canción suicida Gloomy Sunday, es difícil distinguir entre hechos y ficciones (…) Simultáneamente con el éxito, la canción ganó una dudosa reputación como inspiración para el suicidio (…) No todos los informes están igualmente bien documentados ni provienen de fuentes confiables (…) los rumores sobre Gloomy Sunday son ‘parcialmente ciertos’”. Larsen y Teigen, 2020, pp. 690-691. “(…) no tuvo un impacto inmediato inicialmente en 1933, pero en 1936 hubo un grupo de suicidios en Hungría atribuidos a la canción, como resultado de lo cual la canción fue prohibida (…) los informes más fiables sitúan la epidemia tres años después (en 1936) (…) Hay varios informes publicados de 1936 y 1937 que mencionaron el impacto de la canción (…) La revista Time, en una publicación en Time Archives que fecha la publicación en el 30 de marzo de 1936, dijo que los suicidios comenzaron en Hungría el mes anterior. Un zapatero llamado Joseph Keller dejó una nota de suicidio citando la letra (Fingerhut, 1998, p. 2). Diecisiete suicidios estaban vinculados a la canción: dos que se dispararon mientras escuchaban a bandas gitanas tocarla, los otros después de escuchar una grabación. Se informa que varios se ahogaron en el Danubio mientras sostenían la partitura. La policía de Budapest, luego, prohibió la canción (Fingerhut, 1998, p. 2) (…) La serie de suicidios en Hungría también fue informada por Los Ángeles Times, el 24 de febrero de 1936 (…) La revista Time, el 25 de enero de 1937, informó que Jerry Flanders, de 24 años en Indianápolis, contrató a un solista para cantar Gloomy Sunday, pero fue arrestado en un salón justo cuando estaba a punto de beber un vaso de cerveza envenenada (Flanders murió a los 24 años; Kurniawan, 2015, pp. 2 y 24)”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 351. Después de Keller y Flanders, mucha gente se sintió influida después de escuchar Gloomy Sunday (se sentían mareados y deprimidos). Kurniawan, 2015, pp. 2 y 24.

(26) Es difícil distinguir entre hechos y ficciones en los relatos de Seress y Gloomy Sunday. Los periódicos tienen preferencia por lo sensacionalista y pueden proporcionar espacio a leyendas errantes, que eventualmente se convierten en parte de la historia establecida. Además, los relatos apócrifos de la vida y la muerte de los artistas son bien conocidos en la historia de la música. Abundan los mitos en todo este asunto. Larsen y Teigen, 2020, p. 694. “Morgan y Tucker (1984) en su libro Rumor evaluaron el rumor sobre los suicidios de Gloomy Sunday como ‘parcialmente cierto’. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 352.

(27) Muchas víctimas se enumeran después de escuchar Gloomy Sunday desde que se transmitió por primera vez en Hungría. Kurniawan, 2015, p. 23. Las estadísticas de suicidios húngaros durante muchos años han estado en la cima del mundo. Larsen y Teigen, 2020, p. 690. “El primero tuvo lugar en febrero de 1936, cuando un zapatero de Budapest se quitó la vida y citó la canción en su carta de despedida. En poco tiempo, se informó que hubo 17 suicidios relacionados en Hungría”. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Durante la mayor parte del siglo XX, Hungría tuvo la tasa de suicidios más alta del mundo. La tasa de suicidios húngaros fue la más alta del mundo entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y la tasa de suicidios fue muy alta entre los inmigrantes húngaros en los Estados Unidos y Australia, en comparación con los inmigrantes de otras naciones. Giner, Medina y Giner, 2014, p. 16. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 353.

(28) “Los casos de suicidio no solo ocurren en Hungría, sino que los efectos de esta canción se han extendido por todo el mundo”. Thopandi, 2016, p. 3. Las víctimas aumentan después de que la canción se tradujese al inglés. Hasta doscientas personas se suicidaron después de escuchar esta canción. Se habla de casos en Alemania (una joven tendera se ahorcó, dejando una copia de la partitura; un hombre de ochenta años saltó de un séptimo piso, mientras sonaba la canción; una niña de catorce años se ahogó) y en Nueva York (una joven secretaria, que se gaseó a sí misma y solicitó que sonase Gloomy Sunday en su funeral; un anciano saltó desde un séptimo piso en Manhattan, tras tocar Gloomy Sunday en su piano). El New York Times del 6 de abril de 1936 informa del suicidio de un niño de trece años en Michigan, llamado Floyd Hamilton Jr., que se ahorcó en el salón de la casa en la que vivía con su padre (divorciado) y tenía una copia de la letra de Gloomy Sunday en su bolsillo. Kurniawan, 2015, pp. 23-24. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 352. Se informaron incidentes similares en Michigan e Indiana. También en Roma. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 351.

(29) Kurniawan, 2015, pp. 2 y 23-24. “Había referencias a la canción o a la letra en sus notas de suicidio, tenían la partitura cerca o la canción estaba sonando en un tocadiscos”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 351.

(30) Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 351. “Esta letra ha influido en los oyentes; mucha gente se suicida después de escuchar esta canción”. Kurniawan, 2015, p. 2.

(31) Gloomy Sunday fue más conocida después del lanzamiento de la versión en inglés, de Billie Holiday, en 1941. Kurniawan, 2015, p. 2. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350. Takwim, 2017, p. 4. “La más famosa es la versión de Billie Holiday de 1941. Tanto su magistral interpretación como su trágica vida dieron a la canción una dimensión extra”. Larsen y Teigen, 2020, pp. 690-691.

(32) Para la versión de Billie Holiday, se agregó una tercera estrofa que le dio a la canción un toque de ensueño, para mitigar su reputación como una canción suicida. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350. Las víctimas aumentan después de que la versión de Billie Holiday se grabara en 1941, en inglés. Kurniawan, 2015, p. 23. La versión de Billie Holiday fue prohibida en las ondas de radio en Estados Unidos y por la BBC en el Reino Unido, desde la década de 1940 hasta 2002. Kurniawan, 2015, pp. 2-3. Larsen y Teigen, 2020, p. 692. Natalia, 2012, p. 5. Takwim, 2017, pp. 4-5. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 349. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350. Thopandi, 2016, p. 3. Se toleraban las versiones instrumentales pero no las cantadas. Corrían tiempos bélicos y se vetaron los discos que podían afectar a la moral de los británicos. Manrique, 2020. “La BBC se negó a tocar Gloomy Sunday durante la Segunda Guerra Mundial, supuestamente porque dañaba la voluntad de luchar. Esta prohibición se levantó por primera vez en 2002. Otras estaciones de radio y clubes nocturnos también se abstuvieron de reproducir la canción a pedido de las autoridades o como resultado de su propio juicio, ya sea para distanciarse del mensaje decepcionante de la canción o por temor a contribuir a más suicidios”. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. “El rumor es que el disco también fue prohibido en Estados Unidos, Francia e Inglaterra (…) después de que una mujer se suicidó en Londres en 1941 con barbitúricos mientras se reproducía la canción, la BBC la prohibió (…) Morgan y Tucker, en su libro Rumor (1984), afirman que la canción nunca fue prohibida en Estados Unidos (…) Steve Woodhall confirmó que la canción estuvo prohibida (en la BBC) hasta 2002 (…) la canción fue prohibida por la BBC como se rumoreaba”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, pp. 351-353.

(33) Gloomy Sunday es muy popular. Se ha catalogado como una de las canciones más grabadas de todos los tiempos (hasta 79 veces). Kurniawan, 2015, p. 3. Thopandi, 2016, p. 3. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 355. Después de Billie Holiday, al menos 80 artistas han grabado la canción, muchos de ellos con nombres significativos, como Elvis Costello, Sinead O’Connor, Marianne Faithful y Heather Nova. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Manrique, 2020. “Gloomy Sunday es especialmente significativa como forma de arte suicida, ya que se grabó muchas veces, se tocó durante muchas décadas y se transmitió en muchas naciones. La mayoría de las canciones relacionadas con el suicidio, como Suicide Solution de Ozzy Osbourne (Black Sabbath) – ver (1) y (38) –, no han alcanzado tal estatus”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 350.

(34) Gloomy Sunday también se ha utilizado en muchas películas, incluidas La lista de Schindler (1993), Wristcutters: A Love Story (2006) y Gloomy Sunday – A Song of Love and Death (1999) – ver (3); Tristan Lay, 2009, pp. 33-40; tiene el récord del tiempo de proyección más largo (más de 70 semanas) que cualquier película que se haya mostrado en Boston; Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 355 –. Larsen y Teigen, 2020, p. 691.

(35) “(…) es un ejemplo notable de canción suicidogénica, que posiblemente podría contribuir al suicidio entre personas que ya están en riesgo”. También es una de las canciones más tristes de todos los tiempos. Kurniawan, 2015, p. 3.

(36) Cuando Goethe (1774) escribió The Sorrows of Young Werther se produjeron los primeros ejemplos conocidos de casos de imitación “inspirados en los medios” (Staples y Widger, 2012, p. 184) – el suicidio por imitación se conoce como el “efecto Werther”, una supuesta atracción por “contagio”; Campo Aráuz, 2015, p. 72 –. En Japón, también se dice que una obra de Kabuki (forma de teatro japonés tradicional) del siglo XVIII de Chikamatsu Monzaemon provocó una ola de suicidios dobles, por motivos románticos. La investigación sistemática sobre tales suicidios comenzó con el artículo de David Phillips (1974) sobre el “efecto Werther”. Larsen y Teigen, 2020, p. 691. Manrique, 2020. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 355.

(37) Un ejemplo más reciente son los estudios sobre la cantidad de búsquedas relacionadas con el suicidio en Google, después de la exhibición de la serie de Netflix 13 Reasons Why. Larsen y Teigen, 2020, p. 692.

(38) Existen varios casos de juicios donde artistas son demandados por padres de jóvenes que han acabado con sus propias vidas tras escuchar canciones lúgubres: Better by you, Better than me (1978), de Judas Priest, Suicide Solution (1980), de Ozzy Osbourne (Black Sabbath) o Adam’s Song (1999), de Blink-182. En todos estos casos, los demandantes perdieron. Larsen y Teigen, 2020, p. 692. Manrique, 2020. Ver (6). También Fade to Black de Metallica. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 356.

(39) Aunque no sabemos cuántos suicidios causó realmente. Larsen y Teigen, 2020, p. 694.

(40) Ver (6). La teoría de la respuesta del lector es una de las teorías de la literatura que se enfoca en los lectores o audiencias y sus experiencias con las obras literarias. Según Rosenbiatt, los textos existentes son solo vasijas vacías que están listas para ser cumplidas por el significado que les dan los lectores al leer el texto. Según Philip Goldsteins, la teoría de la respuesta del lector mantiene que las actividades interpretativas de los lectores, en lugar de la intención del autor o la estructura del texto, explican el significado de un texto y su valor estético. Los roles culturales, las actitudes y los valores de los lectores, así como el contexto cultural e histórico más amplio, dan forma a su respuesta ante un texto. Esta tesis habla de la influencia de los oyentes y lectores después de escuchar Gloomy Sunday. Las respuestas del lector/oyente están moldeadas por su nivel de desarrollo cognitivo o intelectual, sus capacidades y procesos cognitivos y las fuerzas subconscientes. Kurniawan, 2015, pp. 8-13. “En un momento feliz, el oyente simplemente siente miedo por la canción, porque el oyente ha leído los artículos sobre Gloomy Sunday. Y por el contrario, en momentos tristes, el oyente llora y se siente muy triste (la canción le hace recordar sus propias desgracias)”. Gloomy Sunday solo actúa como detonante de un suicido si el oyente está en un estado depresivo, muy crítico. Kurniawan, 2015, pp. 25-31.

(41) La correlación entre Gloomy Sunday y la oleada de suicidios puede explicarse por estas condiciones culturales y sociales. Larsen y Teigen, 2020, p. 692. “(…) el siglo XX fue particularmente desastroso para Hungría, que en las dos guerras mundiales se apuntó al bando perdedor, viéndose obligada a renunciar a porciones significativas de su territorio y su población”. Manrique, 2020. “(…) el surgimiento del régimen nazi de Hitler en Alemania condujo a una época de agitación política en toda Europa, incluida Hungría. Hungría fue dirigida de 1932 a 1936 por Gyula Gómbós como ministro-presidente, un fascista antisemita. Murió en 1936, y el regente nombró al más conciliador Kálmán Darányi, pero Hungría siguió sintiéndose amenazada por Alemania. La amenaza de guerra en Europa y la inestable situación política en Hungría puede haberse combinado con el estrés económico, para crear sentimientos de ansiedad y desesperanza en los húngaros y los ciudadanos de otras naciones europeas”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 354.

(42) Probablemente había una proporción relativamente alta de húngaros en riesgo de suicidio, debido al desempleo generalizado y la agitación política de la época. La Gran Depresión marcó el pico en las tasas de suicidio de muchas naciones en el siglo XX, por lo que es probable que la agitación política y económica de la época interactuara con la canción, contribuyendo a una resonancia entre la canción y la audiencia. Las condiciones suicidas preexistentes pueden haber desencadenado cualquier suicidio imitador. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 354. La Gran Depresión también hizo estragos en el resto de Europa y Estados Unidos. La tasa de suicidios de Estados Unidos aumentó (y su tasa de natalidad disminuyó) durante la Gran Depresión, debido a la mala salud, los problemas familiares y la falta de trabajo. Fingerhut, 1998, p. 6.

(43) El suicidio es un tema tabú (Campo Aráuz, 2015, p. 67); es un fenómeno humano universal, tan viejo como la humanidad; la cultura cristiana aunque inicialmente adoptó una actitud tolerante con el suicidio, a partir del siglo IV comenzó a ser intransigente. En el Concilium de Arlés celebrado en el año 452 d.C., se registró la condena oficial para los suicidas y en el de Toledo se decretó la excomunión. Esto se intensificó en la Edad Media; en el siglo XVIII, se comienza a observar una actitud menos punitiva y el siglo XX vio nacer la época moderna del estudio del suicidio. Hernández Soto y Villarreal Casate, 2015, p. 1053. El término ‘suicidio’ fue acuñado en el siglo XVII, tomado del latín sui (de uno mismo) y caedes (asesinato). ). Primero pasó al uso del inglés, luego al francés y, en el siglo siguiente, al español, italiano y portugués (Hinojo Andrés, 1998, pp. 12-13). Antes de eso, en su lugar se usaban los términos “auto-homicidio” y “auto-homicidio”, frases que hablaban de la reprensibilidad moral del acto. En Europa, especialmente, los actos de auto-asesinato fueron considerados de diversas maneras como afrentas a Dios, la ley natural o la sociedad y, por lo tanto, un acto criminal. El hecho de que el suicidio haya sido, hasta hace relativamente poco, un acto criminal en la mayoría de los países occidentales, moldeó los enfoques formales de la situación. Como resultado, en muchos sentidos el suicidio y el homicidio se han entendido como caras diferentes de la misma moneda conductual. Esto se exportó a las colonias europeas. A finales del siglo XIX, los antropólogos notaron que el suicidio fuera del norte de Europa y de la América del Norte (blanca) no se ajustaba a los modelos sociológicos o psicológicos populares en ese momento. Staples y Widger, 2012, pp. 188-197.

(44) Los húngaros sufren una tasa de suicidios superior al de las naciones vecinas. Manrique, 2020. También sugirió una conexión entre las tasas de suicidio de esta nación y los tonos bajos del himno nacional, y se señaló que el himno nacional húngaro es particularmente triste (Giner, Medina y Giner, 2014, p. 16; las tasas de suicidio de 18 naciones europeas se asociaron con la proporción de palabras tristes en la letra de sus himnos nacionales, así como con la tristeza de su música; se sugirió que una posible táctica de prevención del suicidio podría implicar cambiar la música y la letra de estos himnos nacionales; sin embargo, este estudio es correlacional y no proporciona evidencia de una relación causal; Lester y Gunn, 2011, pp. 137-138). Hungría no solo ocupa un lugar destacado en las estadísticas de suicidio, sino también en la aceptabilidad del suicidio. Larsen y Teigen, 2020, p. 692. “(…) el suicidio les parece a muchos húngaros una forma de solución (…) una forma aceptada de resolver problemas”. Fingerhut, 1998, p. 4. Ver (27). Incluso muchos húngaros famosos, como políticos, poetas y actores, se han suicidado a lo largo de la Historia. Entre ellos István Széchenyi (1791-1860), apodado “el más grande de los húngaros”, el Primer Ministro durante la Segunda Guerra Mundial Pal Teleki (1879-1941), el poeta Attila Jozsef (1905-1937) y el actor Zoltán Latinovits (1931-1976) (en la misma estación de tren donde Attila Jozsef se suicidó y donde la gente todavía va a morir). Stack, Krysinska y Lester, 2008, pp. 353-354.

(45) En la suicidología internacional, hasta se ha discutido si existe una variante genética ugrofinesa (que se encuentra en húngaros y finlandeses), que hace que la población húngara sea particularmente vulnerable al suicidio. Aunque, normalmente, la alta tasa de suicidios en Hungría se atribuye a la cultura húngara. Larsen y Teigen, 2020, p. 692. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 354. “(…) la alta tasa de suicidios es solo un síntoma de la terrible salud mental de los húngaros, dicen los psiquiatras. Aproximadamente el veinticinco por ciento de la población padece enfermedades de ansiedad, y una gran parte de ellas acompañadas de depresión. Existe un número creciente de trastornos mentales”. Fingerhut, 1998, p. 4.

(46) Fingerhut, 1998, pp. 4-5.

(47) Larsen y Teigen, 2020, p. 692. “Los húngaros son bien conocidos por tener tasas elevadas de depresión, y la alta incidencia de depresión sugiere que una proporción relativamente alta de familias húngaras tiene un suicidio entre sus miembros (Fingerhut, 1998, p. 4)”. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 353.

(48) Gloomy Sunday es un ejemplo notable de una canción suicidogénica, que posiblemente pudo contribuir al suicidio entre personas que ya estaban en riesgo. Stack, Krysinska y Lester, 2008, p. 355. “La letra de la canción Gloomy Sunday no es un factor importante para estimular la mente humana y animar a alguien a suicidarse”. Takwim, 2017, p. 7.


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Ana Inmaculada Morillas Cobo
Escritora y divulgadora. Redactora, revisora de contenidos y editora de Khronos Historia. Mis áreas de mayor interés - como comprobaréis si me leéis - son la Historia de la Mujer, la Historia de las Religiones, la Filosofía Política y la Antropología. Como buena cinéfila y melómana, me encanta practicar la miscelánea cuando escribo (llamadme friki). De firmes posiciones feministas y marxistas.