La historia de la familia Borgia nos sitúa en la Italia del Renacimiento, a finales del siglo XV y principios del XVI. Se podría decir que era un mosaico de territorios, gobernados por grandes duques, condes y príncipes que buscaban el beneficio propio a toda costa. A todo este entramado de Estados, debemos sumarle los intereses externos por parte de grandes países como España o Francia, que buscaban el favor de los papas y cardenales para conseguir su porción de pastel. Las broncas entre las grandes familias son dignas de un culebrón.
Rodrigo Borgia – Alejandro VI -, el malo de la peli
En el trono papal encontramos a Alejandro VI, mas conocido como Rodrigo Borgia, considerado el primer papa de origen español. Nació en Játiva (Valencia) en el seno de una familia noble. Su tío, el también papa Calixto III, lo educó desde muy niño en la rama eclesiástica y por ello se mudó a Roma. Entonces cambió su apellido originario Borja a Borgia, para darle un toque más italiano.(1)
Tras el “reinado” de dos papas, uno de ellos familiar suyo, llegó el momento que Rodrigo Borgia tanto estaba esperando: conseguir el trono pontificio. Y por ello utilizó toda clase de extorsiones, amenazas, sobornos y demás prácticas poco ortodoxas para conseguirlo(2); desde envenenamientos en los grandes banquetes eclesiásticos, hasta promesas de cargos y tierras a cambio de votos en la elección papal.
Ya en el poder, el papel que tuvieron sus hijos en el juego político fue muy importante. Tuvo un total de seis, pero los más importantes fueron Juan, César, Lucrecia y Jofré. Los enlaces matrimoniales con fines políticos estaban a la orden del día y Alejandro VI, como buen soberano italiano, no iba a ser menos. Así que comenzó a unir a cada uno de ellos con las grandes familias italianas del momento: Juan con María Enríquez, de ascendencia aragonesa; Jofré con Sancha de Aragón, hija bastarda de Alfonso II de Nápoles; Lucrecia con Giovanni Sforza, duque de Milán….
El gran capitán: César Borgia
Pero para desgracia del recién nombrado papa, no todas ellas llegaron a buen puerto, debido a los propios conflictos que había incluso entre los hermanos. Juan, al ser el mayor, fue nombrado Capitán General de los Ejércitos Pontificios; mientras que César, muy a su pesar, fue obligado a continuar la tradición eclesiástica de la familia(3). Esto provocó el enfrentamiento de ambos, agravado por las numerosas amantes de Juan; una de ellas, ¡su propia cuñada Sancha!, mujer de Jofré. Como si no hubiera chicas guapas en Italia… Lo que desembocó en el asesinato de Juan a manos de su hermano César.
César se lanzó a la conquista de innumerables pueblos y campañas, contando con la ayuda entre sus filas de un tal Leonardo Da Vinci (de algo nos suena). El genio le proporcionó tácticas y máquinas de guerra para conseguir sus objetivos. Pero no todo es felicidad y victorias en la vida de César, pues en un tórrido encuentro con una de sus amantes, contrae sífilis, quedando marcado su bello rostro para el resto de su vida. (4) Tras la muerte de su padre, la decadencia de César se hace evidente, así como la de toda la familia en general.
Algo también muy destacado en su vida fue su estrecha amistad con el asesino Michelotto Corella, que conoció en su juventud en la Universidad de Pisa. Este trabajó para él en muchas ocasiones, como cuando se cargó a su hermano Juan.
Lucrecia Borgia, la Cercei Lannister italiana
Por otro lado, no debemos olvidar a Lucrecia, «felizmente» casada con Giovanni Sforza. Esta tristeza no sólo se debía a su matrimonio con el Duque (bastante mayor que ella y no precisamente agraciado), sino también porque se encontraba lejos de su verdadero amor: su hermano mayor, Cesar Borgia. Mantenían una relación incestuosa (muy parecido a Cercei y Jaime Lannister de Juego de Tronos; como si hubieran inventado algo…). Desde edades muy tempranas se rumoreaba que tenían el consentimiento de su propio padre.
Al no soportar tanto sufrimiento y los malos tratos que recibía por parte de su esposo, decidió pedir la anulación matrimonial, alegando que no había sido consumado por “impotencia” . El marido atacó y la acusó de incesto fraternal. Finalmente fue anulado por orden del propio pontífice.
Más tarde, se casó con Alfonso de Aragón. Causó muy buena impresión tanto a ella como a su hermano, pero como dice el refrán: no es oro todo lo que reluce. A causa de los celos (ya que Lucrecia había dejado de prestar atención a su hermano), César manda matar a su cuñado. Desolada, vuelve a unirse en matrimonio una tercera vez para beneficio de su familia y muere tras dar a luz a su ¡octavo hijo !
Jeremy Irons, un autentico Papa
En resumen, se puede decir que Alejandro VI fue el creador de una gran trama de intrigas, leyendas negras y rumores poco favorecedores (incesto y distintas amantes que conocía todo el mundo…). Se sabe que una de sus amantes más notable fue Julia Farnesio, mujer de Orsino Orsini (5). Y su larga estirpe de hijos continuaron con dichas prácticas…
Como muestra de ello, en la cultura popular lo podemos encontrar en el libro del afamado escritor Mario Puzo (autor de El Padrino) en su obra Los Borgia o en la serie de Neil Jordan The Borgias, con Jeremy Irons en la piel de Rodrigo Borgia.
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