Tiberio Claudio Druso Nerón, más conocido como el emperador Claudio y perteneciente a la familia imperial en Roma, era aquel “tonto del pueblo” del que todo el mundo se reía. Los romanos, muy majos ellos, eran crueles con todos aquellos que no entraran dentro de su “perfección física”. El rechazo y las burlas estaban a la orden del día, y Tiberio Claudio, nacido en el año 10 a.C., fue una de sus víctimas.
«Tonto», ¿por qué? La enfermedad del emperador Claudio
Nuestro protagonista tenía evidentes defectos físicos, causados quizás por una enfermedad como la poliomielitis (1) o esclerosis múltiple. Esto le provocaba temblores de cabeza, tartamudez y cojera, lo que llevaba a pensar que también tenía escasa inteligencia. Cuenta además Suetonio que el pobrecillo también sufría de una mala memoria, como Dory (2) Sin embargo, Tiberio Claudio fue capaz de demostrar que estaban equivocados.
Tiberio Claudio y el bullying
La infancia de Claudio no fue nada fácil. No sólo sufrió las burlas de la sociedad, sino también el menosprecio de su familia, ya que evitaban mostrarle en público. Por ejemplo, su madre le consideraba un «aborto de hombre«, y su abuela ni le dirigía la palabra (3). Amor de madre, dicen.
Ya en su juventud, durante los banquetes de los que hacía gala su familia, el bullying seguía presente en su vida. Según nos cuentan los textos antiguos, tampoco en los banquetes podía Claudio evitar dar la nota. Se debe a que cuando se quedaba dormido por los efectos del vino, o sea, cuando se pillaba un pedete serio, el resto de invitados se dedicaban a arrojarle huesos de aceituna (4). Una imagen un tanto triste.
Aún así, Tiberio Claudio se mostró muy hábil para el estudio de ciertas materias, como la Historia o la retórica (5). A la vez, como pertenecía a la familia imperial, fue ascendiendo gradualmente en su carrera política. Como vemos, ya desde entonces el enchufismo era una forma de ganarse la vida. Ocupó, por ejemplo, el cargo de cónsul durante el mandato de su sobrino Calígula (6).
Quien ríe el último, ríe mejor
Como todos sabemos, Calígula era un encanto de persona. Disfrutaba matando y humillando a la gente, además de gestionar pésimamente todo el Imperio. Sexualmente hablando, le daba a todo lo que se le pusiera por delante… Entre sus aficiones, envenenaba caballos en las carreras, etc.
Como consecuencia, los centuriones entraron a palacio y mataron al emperador. Claudio, muerto del miedo, se escondió detrás de una cortina mientras Calígula era asesinado a escasos metros.
Como ocurre en los intentos de película de miedo de los fines de semana de Antena 3, Claudio dejó sus lindos pies al descubierto al estar escondido. Pobre, no daba una. Fue entonces cuando uno de los asesinos retiró la cortina, vio a Tiberio Claudio muerto del miedo y le saludaron como nuevo emperador (7). Los soldados le subieron a una litera y le sacaron del palacio sobre ella hasta conducirlo al campamento. El pobre no paraba de temblar de miedo. A la mañana siguiente, fue aclamado emperador (8). Comenzaba así su mandato, el mandato de un hombre que había pasado de ser el tonto del pueblo a emperador.
Y en el trono, ¿el emperador Claudio también fue tonto?
Aún así, está claro que durante su mandato dio grandísimos momentos. El mejor de todos fue sin duda cuando, según Suetonio, Claudio preparó un edicto por el cual se permitía a la población soltar ventosidades (o sea pedos) durante las comidas (9).
Del mismo modo, durante el gobierno del emperador Claudio, las fronteras del Imperio se incrementaron, como en el caso de Britania (Gran Bretaña). También llevó a cabo un número amplio de obras públicas, como el acueducto Aqua Claudia, al igual que canales y carreteras.
De todas formas, Tiberio Claudio, bautizado como tonto, no fue un santo durante toda su vida. En su mandato como emperador, tal y como afirma Suetonio, tenía comportamientos sanguinarios y crueles.
Es entonces ahora cuando nos volvemos a preguntar: ¿Claudio era tonto o no? Eso sólo lo saben quienes lo conocieron, y como están más que muertos, sólo nos queda nuestra propia opinión.