¿Que hacían en las cuevas de Altamira? Las pinturas prehistóricas

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Vamos a hablar de pinturas prehistóricas.  ¡Seguro que no se ha hablado bastante del arte rupestre!. No confundirlo con el arte rupestre mueble, que es el que se puede mover. Por ejemplo, las Venus, famosas en el mundo entero. Seguro que te ha venido a la cabeza la imagen de la Venus de Willendorf, esa pequeña escultura de una mujer con todo muy grande. La has visto ¡y lo sabes!

pinturas prehistóricas Altamira
Bisontes de Altamira, Cantabria. Fuente: Wikipedia

Altamira. ¡Antes «tó» esto era campo!

En 1879, un señor al que desde el cariño y el respeto llamaremos Marce, andaba buscando restos prehistóricos en la cueva de Altamira y un día se llevó a su hija. A la niña, de buenas a primeras, le llamó la atención unos «animalitos» pintados en la pared y Marce se quedó «tó loco». Publicó su estudio y lo presentó ante los más expertos y ¡cómo no! los prehistoriadores franceses sintieron cierto resquemor y terminaron tan verdes de envidia que dieron por falsas estas pinturas prehistóricas.

Chismes, habladurías y bulos…

Como los gabachos eran «los que controlaban» en la materia y lo que decían iba a misa, el desprestigio hacia estas pinturas prehistóricas se extendió como un viral. Tuvieron que encontrar otras representaciones que les pillaban más cerca (1), para admitir la metedura de pata. Al final, se dignaron a verlas en directo y se retractaron, cuando el pobre de Marce ya se había muerto del disgusto. Vamos, que «la liaron parda». Menos mal que no se les ocurrió decir que la paella lleva queso brie.

El tiempo puso a cada uno en su sitio. La venganza se sirve fría y con «cacharritos que molan», sobre todo cuando nos dieron la razón: algunas de las cuevas de Cantabria tienen una antigüedad de hasta 40.000 años, lo que insinúa que las pinturas prehistóricas fueron hechas por los neandertales (2). Mira por donde, las pinturas prehistóricas de Marce no solo son auténticas, sino que encima apuntan a ser las más antiguas de Europa (¡chupaos esa, franceses!).

Pinto mi casita… ¡con pinturas prehistóricas!

Fácil y sencillo. Rencillas vecinales aparte, el arte rupestre (3) se puede encontrar en las paredes, techos, suelos de la cueva, abrigos rocosos y zonas al aire libre. Si hablamos de pinturas prehistóricas, hay tres variables: punteado o tamponado (que no es que los hicieran con un Tampax); en tinta plana, que es la que más sale en las fotos; y el soplado, que es como un spray pero sin bote que agitar: se sopla desde la boca directamente o con algo que hiciera de aerógrafo, a gusto del autor. En el grabado hay más variedad que en los yogures. El dibujo en sí es un tutti fruti. La técnica ya es otra movida (4).

Muchos dibujitos…

Y se hacía de todo. Literalmente, lo que se les pusiera por delante. Los más conocidos son los zoomorfos (5) y las pinturas prehistóricas de las manos, que no sé por qué emocionan especialmente, parecen decir: «menganito estuvo aquí». Y los antropomorfos, del cuerpo entero o solo partes, como las vulvas, que son muy frecuentes. Igual por tema de fertilidad… o simples mentes calenturientas. Además, eran muy innovadores y les dio por mezclar cosas. Ahí tenemos a los “seres híbridos”, medio animal, medio humano. Pero no esperes encontrar a Ariel; no va por ahí.

Grabado
Caballo piqueteado de Siega Verde (Salamanca).

No solo hay bichos en las pinturas prehistóricas de Altamira

Como hay otras imágenes que son indefinibles, se las mete en el mismo saco con la etiqueta de «signos«. Aquí caben por ejemplo, lineas de puntos, rectángulos…

pinturas prehistóricas
Manos pintadas. Fuente: Cueva de las Manos

Durante los primeros milenios encontramos figuras aisladas, que no forman escenas. Algo así como un atasco. Y más adelante, entre el Paleolítico y el Neolítico (6), empezamos a ver escenas propiamente dichas, que en algunos casos parecen estar bailando. Como en  «La La Land«.

¡Protección «anticenutrios»!

Nos han durado miles de años. Sin embargo, a veces nos encontramos en la prensa que algún ignorante ha encontrado gracioso (¡y hasta romántico!) hacer un garabato encima de arte paleolítico. No culpo solo al cenutrio que lo hace, porque puede que no sepa lo que tiene delante y eso no es solo responsabilidad suya. Es una cuestión de educación, divulgación y protección. Si se ponen en valor todas las representaciones y desde las instituciones se protegen, pueden durar otros miles.

Podríamos hablar horas, pero hasta aquí llegamos. Si te ha sabido a poco, echa un ojo a la bibliografía. No te vas a aburrir, palabra. Es más, vas a flipar.


Referencias y bibliografía

Referencias

1.-La Mouthe (1895) y Pair-non-Pair (1896). A lo que hay que añadir estudios sobre poblaciones consideradas primitivas. El conjunto de circunstancias contribuyeron a aceptar la autenticidad de las imágenes. En 1902, el congreso de la Association Française pour l’avancement des Sciences, marcó el reconocimiento oficial.

2.-Estudio de calibración por fases de Uranio, de junio de 2012, sobre pinturas y grabados de 11 cuevas, entre las que se encuentran Altamira, Castillo y Tito Bustillo. Fue publicado por la revista Nature en 2012.

3.-Rupestre o parietal. Lo llames como lo llames, es lo mismo.

4.-Según la profundidad de la incisión, se definen como incisiones en V o en U.

5.- Antes de seguir con las referencias, vamos con un «prehistruqui». Siempre que veas la terminación -morfo quiere decir «forma de». Así que zoomorfo = forma de animal; antropomorfo = forma humana.

6.-Las cronologías en Prehistoria hay que cogerlas con cierta prudencia. No estamos hablando de hitos u objetos datables con una fecha segura (como sería, por ejemplo, un documento con fecha); pero más o menos, podríamos decir que el paleolítico estaría entre los 2,5 millones de años hasta el 10.000 BP (before present). Le seguiría unas fases de transición y el neolítico se daría en torno al 7.000 BP.


Bibliografía

  • Clottes, J. y Lewis-Williams, D., 1996, Los chamanes en la prehistoria, Ariel, Barcelona.
  • Cornellá M, Menéndez Fernández, M. y Mingo Álvarez, A., 2009, El arte en la Prehistoria, UNED, Madrid.
  • Jordá Pardo, J.F. et al., 2010, Prehistoria I. Las primas etapas de la humanidad, Editorial Ramón Areces, Madrid.
  • Leroi-Gourhan, A., 2002, La prehistoria en el mundo, Akal, Madrid.
  • Lewis-Williams, D., 2005, La mente en la caverna, Akal, Madrid. 
  • Menéndez, M. et al. 2012. Prehistoria antigua de la Península Ibérica, Editorial Ramón Areces, Madrid.
  • Saenz de Sautuola, M., 1880, Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander, Imprenta de Telesforo Martinez, Santander.
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Laura López Lobo
Historiadora en proceso. Escribo porque me lo pide la cabeza, a unos les da por correr y a mí por escribir :)