Gorgo, la reina de Esparta. La leyenda. Mujeres espartanas II

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¿Y quién narices es Gorgo? No hablamos de una actriz famosa, rapera o bloguera. Con semejante nombre podemos relacionarla, porque es una mujer, con el mundo de la farándula, las leyendas o el colectivo de amantes de los pájaros canoros. Vamos, que no nos suena ni de lejos. Si al nombre añadimos la ciudad de procedencia, Esparta, o el nombre de su esposo, Leónidas, la cosa cambia. ¡Qué costumbre tan extendida identificar a una mujer por el oficio/título/cargo de su pareja!

Bueno, por suerte, la reina Gorgo de Esparta ha sido interpretada en la gran pantalla por nuestra queridísima Lena Headey. Sí, Cercei Lannister para los amigos. Gracias a ello la increíble historia de Gorgo nos va sonando un poco más.

Mujeres espartanas, casi invisibles

Hubo una vez en Esparta —sí, esa polis cuyos hombres combatían hasta la muerte sin rendirse, lucían abdominales como para rallar queso y mezclaban el vino con agua— una reina, hija y madre de rey, a la que las fuentes clásicas (1) trataron con respeto. Algo debieron ver en ella para incluirla en las crónicas como una mujer digna de ser destacada (2). Las mujeres somos casi siempre el ejemplo de todos los males. Pero, con un poco de voluntad y sin hacer demasiado esfuerzo encontramos excepciones, también entre las espartanas. ¿Qué relevancia tiene esta mujer en una polis tan viril?

Reina Gorgo de Esparta, mujer de Leónidas actriz 300 película
Lena Headey como Gorgo, en «300». Fuente

Tópicos típicos

Mucho se ha hablado de Esparta alentando los topicazos de una sociedad militarizada o como ejemplo de la superioridad de un pueblo sobre otro (3). Esparta es, sin duda, el Estado griego que ha provocado una mayor fascinación en el pensamiento occidental, para bien o para mal. Su peculiar y estricta educación dispara la imaginación y perpetúa todo tipo de ritos y prácticas, muchas sin demostrar, que alimentan la leyenda de soldados invencibles (4).

La reina Gorgo – Genealogía de una princesa

Hija del rey Cleomenes, de la dinastía de los Agíadas, (5) Gorgo pasó la infancia en un ambiente de intrigas y  oscuras maquinaciones por parte de su padre. No solo contra el otro rey (eran dos), sino en su propia familia. Cleómenes era hijo de Anaxándridas y de su segunda mujer. Resulta que los éforos -en Esparta los cinco magistrados que respaldaban a los reyes- consideraron estéril a la primera esposa y obligaron al hombre a cambiar de mujer. Poco después, la primera esposa trajo al mundo tres hijos: Dorieo, Leónidas y Cleómbroto, ¡vaya tino! Cleómenes se encontró con tres hermanos de la noche a la mañana. Y años más tarde se convirtió en rey.

La reina Gorgo de Esparta

Gorgo era hija única de un rey y, por tanto, transmisora del título de basileo. Curioso es hasta su nombre propio. Gorgo en griego significa cortar (6). Por tanto, el nombre es un protector contra la mala suerte. Como un remedio para el mal de ojo o los sortilegios. Ya desde los ocho o nueve años, encontramos anécdotas reseñadas por grandes autores en las que la niña ejerce una gran influencia en las decisiones de su padre. Asistía con él a las recepciones de altos mandatarios y aristócratas, sin importar su intromisión en cuestiones políticas.

Reina Gorgo de Esparta, esposa de Leónidas. Imagen de la película 300 (Rise of an Empire)
La Reina Gorgo. Promo de la película 300: Rise of an Empire. Fuente

«Sin manos» La princesa Gorgo

La princesa Gorgo de Esparta disfrutaba de una fama de mujer ingeniosa y avispada, con un toque de impertinencia. Una anécdota muy conocida de la espartana, recogida por Plutarco, nos cuenta cómo en la recepción del aristócrata milesio Aristágoras, la niña observó que uno de sus sirvientes lo calzaba: «Papá, el extranjero no tiene manos» fue la ocurrencia de la niña. Un tanto precoz para su edad.

Otra de las máximas más famosas también la tiene a ella como protagonista. Al preguntarle una mujer del Ática:

 “¿Por qué, vosotras, espartanas, sois las únicas que gobernáis a vuestros hombres?”. Ella respondió: “Porque somos las únicas que alumbramos hombres”.

Gorgo, esposa de Leónidas, un partidazo de marido

La popular princesa de Esparta estaba obligada a elegir muy bien con quien se casaba. Cuando Cleómenes murió, se convirtió en una lacedemonia de procedencia real, huérfana y sin hermanos. Las espartanas no eran por derecho propio herederas de los bienes del padre, pero podían trasmitirlos a sus hijos. La elección de marido debía hacerse dentro de la familia paterna. Y así, los bienes quedaban en casa. ¿Cuál fue el mejor candidato?  Entre los tres posibles estaban sus tíos… Dorieo había muerto; por tanto, el turno pasó al segundo: Leónidas (7).

Reina de Esparta y madre 

Cuando Leónidas accedió a la corona (8), Gorgo debía tener unos veinte años. Gorgo se convirtió en esposa de Leónidas tuvieron un hijo, Plisístrato. Pese a lo desconocido de esta figura femenina, sobrepasada por el culto a su fabuloso marido Leónidas, gozó de una gran fama entre los suyos. Algo impensable para otras griegas. Entre los lacedemonios, el respeto hacia Gorgo alcanzaba cotas elevadas (9). No solo se tenían en consideración sus acertados consejos. Ella asistía a las reuniones en las que participaba el basileo. El propio rey la quería a su lado en la toma de medidas importantes y compartía sus funciones con ella.

Reina Gorgo de Esparta, esposa de Leónidas
Gorgo y Leónidas. Fotograma de «300». Fuente

 

Una mujer astuta: alto espionaje militar

La reina de Esparta se nos muestra como una mujer inteligente y despierta. Recordemos que los acontecimientos tienen lugar en plena guerra contra los persas. Jerjes amenaza con invadir Grecia y Demarato, el otro rey, de la dinastía Euripóntida, se encontraba en Susa. Para informar a los lacedemonios de los planes del enemigo envió una tablilla de cera, aparentemente en blanco. Los espartanos no acertaban a dar una explicación hasta que a Gorgo se le ocurrió retirar la primera capa de cera. Bajo ella, Demarato había escrito sobre la madera un mensaje con los planes de los persas. Gracias a esta ocurrencia, la tablilla sorteó las inspecciones durante el viaje sin problemas. Chica lista.

Gorgo reina de Esparta - Fotografía de la película 300
Fotograma de 300: Rise of an Empire. Fuente

 

El oráculo que predijo la desgracia: la muerte de Leónidas

Pese al amuleto contra el Destino que propiciaba su nombre, Gorgo, como esposa de Leónidas, nada pudo hacer para evitar la inmolación de su marido. En torno a la muerte de Leónida se ciernen las más terribles profecías. La principal, la del Oráculo de Delfos. Al enterarse de las intenciones del rey Jerjes, los lacedemonios acuden a la pitia (10). El oráculo vaticina la necesaria muerte de un rey, descendiente de Heracles, para evitar el desastre. Leónidas conocía, por tanto, su destino. ¿Se sometió al sacrificio como consecuencia de los vaticinios del Oráculo? O como afirman muchos, ¿el heroico comportamiento de los «300» obedeció al sometimiento y entrega total a las leyes espartanas?

«Caminante, informa a los lacedemonios que aquí yacemos

Por haber obedecido sus mandatos» (Heródoto, VII, 228).

El destino de toda mujer

Antes de partir hacia las Termópilas, Leónidas expresa su preocupación por la inminente viudedad de la reina Gorgo de Esparta. No solo son palabras de un amante al despedirse de su amada. La recomendación del basileo incluye todo un manifiesto de intenciones.

Muerte del rey Leónidas - Foto de 300
Muerte de Leónidas. Fotograma de «300: Rise of an Empire». Fuente

 

 «Cásate con un hombre bueno y alumbra hijos»

Para ser digna de Esparta, en lo único que ella debía pensar era en tener una descendencia fuerte y saludable. Durante la minoría de edad de su hijo con Leónidas, Gorgo la viuda esposa de Leónidas, mantuvo el cargo de reina regente. Regencia compartida con un hombre, por supuesto. Primero con su cuñado Cleómbroto -el más pequeño de los tres hermanos-, y después con Pausanias, hijo de éste (11). No sabemos si la reina volvió a casarse o si tuvo más descendencia. Durante toda su vida sirvió de apoyo y ejerció de consejera; hasta el punto de proporcionar a Heródoto de Halicarnaso (12) la información necesaria para escribir el célebre canto épico que tuvo lugar en el desfiladero de «Las Puertas Calientes» (13). 



¿Sabías que desde nuestra óptica actual los espartanos serían considerados homosexuales y pederastas? ¿Quieres descubrir más historias curiosas de la Historia?


Referencias y bibliografía

Referencias

(1) Heródoto, Plutarco y Pausanias como fuentes primarias.

(2) Recordemos que estamos en el siglo III a. C. La educación de la espartana es, como en el caso de los hombres, exterior y pública. Esto no significa que gozara de mayor libertad o que hubiera alcanzado cotas de emancipación equiparables  a las actuales. Su destino era ser madre y administradora del oikos, es decir, el hogar; al igual que el del resto de mujeres griegas.

(3) En películas, comics y videojuegos.

(4) Consultar Fornis, 2011, pp. 43-51.

(5) Esparta fue una diarquía constituida por dos reyes o basileos: la dinastía Agíada y la dinastía Euripóntida.

(6) Palabra que procede del griego apotros, cortar.

(7) Si nos atenemos a las fechas, según Heródoto, Aristágoras visitó Esparta en el 499 a. C. Gorgo contaba ocho o nueve años de edad. Leónidas cayó en la Termópilas en el 480 a. C.  Por tanto, Gorgo enviudó con 28 años. Fuentes contrastadas admiten que Leónidas frisaba la sesentena cuando murió.

(8) Ya hemos explicado que se trataba de una diarquía. Los basileos podían considerarse como una especie de generales con cargo vitalicio.

(9) Sin pasarnos. Las espartanas no eran equiparables como ciudadanas a los hombres, ni mucho menos.

(10) Pitia: figura femenina adscrita a algunos santuarios (Delfos). La mujer escuchaba las consultas y emitía el oráculo. Durante la operación entraba en trance (dicen que tras masticar hojas de laurel). La predicción, el oráculo, podía condicionar incluso el comienzo de una guerra.

(11)Pausanias fue el héroe de la batalla de Platea. Príncipe regente, que no rey, junto con la reina-viuda Gorgo. Murió violentamente en extrañas circunstancias y envuelto en una serie de acusaciones contradictorias.

(12)Herodoto VII, 220, 4. Muy probablemente algunas de las crónicas o episodios recogidos por este historiador presentan adiciones post eventum.

Consultar Heródoto, Historia, IV, VII, Polimnia.

(13) Significado en griego de Termópilas.


Bibliografía

  • Cartledge, P., 2007, Termópilas. La batalla que cambió el mundo, Ariel, Barcelona. Traducción de D. León y J. Soler.
  • Fernández Uriel, P. y Vázquez Hoys, A. Mª., 1994, Diccionario del Mundo Antiguo. Próximo Oriente, Egipto, Grecia y Roma, Alianza, Madrid.
  • Fornis, C., 2003, Esparta, historia, sociedad y cultura de un mito historiográfico, Crítica, Barcelona.
  • López Melero, R., 1989, El Estado espartano hasta época clásica, Akal, Madrid.
  • Madrid, M., 1999, La misoginia en Grecia, Cátedra, Madrid.
  • Plutarco, 1987, «Máximas de mujeres espartanas”, Obras morales y de costumbres (Moralia) III, Gredos, Madrid. Edición a cargo de M. López Salvá y M. A. Medel.
  • Rodríguez Alcocer, M. M., 2014,  «Alcmán y la educación femenina espartana: coros y deporte», Antesteria, 3, pp. 37-54.
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Marta Huelves Molina
Grado en Geografía e Historia por la UNED de Madrid. Empeñada en dar a conocer la Historia de forma amena y rigurosa.

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