Gloria Fuertes. Mucho más que la poeta de los niños: pacifista, lesbiana y mujer de verso en pecho

Si hay una figura de la literatura española que ha acompañado a niños de varias generaciones, es la voz de Gloria Fuertes. De pequeños, hemos escuchado poemas suyos («El hada acaramelada», «Los lagartos desposados»…) y a nuestra mente viene la imagen de una señora mayor sonriente, redonda y algo arrugada. Una abuela dulce, rodeada de críos.

Pero hay mucha más Gloria Fuertes de la que pensamos en un principio. Gloria Fuertes no solo fue «la poeta de los niños». Su corpus poético recoge varios poemarios adultos, combativos, activistas y subversivos para la época del franquismo en España. Además, hay otro elemento de su vida que ha quedado sepultado y que, sin embargo, vale la pena visibilizar: Gloria Fuertes era lesbiana. Si bien lo mantuvo más o menos en secreto, algunas de sus amistades eran conocedoras de su orientación sexual, y en sus poemas aparecen retratadas sus experiencias con mujeres. Pero antes de llegar a la Gloria Fuertes que conocemos, hay que empezar por narrar la Historia de Gloria

Historia de Gloria Fuertes (1)

Yo era una niña con zapatos rotos y algo triste porque no tenía muñecas (2)

Gloria Fuertes (3) nació en el madrileño barrio de Lavapiés, en el seno de una familia muy humilde (4). Su madre era costurera y su padre portero (5). La única hija en una prole numerosa (6), pronto la enviaron a estudiar en un colegio de monjas cerca de su casa, en la calle Mesón de Paredes. Allí aprendió a leer antes que a escribir (su cuento favorito era Pinocho) (7). En una entrevista confesó que acabaron por echarla de allí porque un día escribió en la pizarra que los niños, en vez de París, venían de parir (8).

Gloria era una niña solitaria que inventaba amigos imaginarios (como Coleta, futuro personaje recurrente) (9) y no se sentía comprendida por su familia, por sus gustos algo extraños, como la poesía o el deporte (10).

gloria fuertes colegio niña
Gloria Fuertes con 13 años. Fuente: Órbita Diversa

Su innata tendencia a las letras entró en conflicto con los intereses de su madre, quien intenta que siga sus pasos y sepa todo para ser una buena esposa (11). Cuenta y afirma que no agradece en nada a su familia, que nunca la apoyaron.

«Mi madre no me dejaba leer porque éramos pobres; me tenía que esconder porque si no me pegaba, pero mi padre era diferente, era el único que leía en casa» (12).

Además de su perpetua necesidad de recibir y dar cariño, no satisfecha en el círculo familiar (13), la pequeña Gloria relata la envidia que tenía a su hermano pequeño, quien murió atropellado a los 7 años (14).

Toda una (buena) mujer haré de ti

Sus primeros versos los escribió en la cocina del sótano a los 14. Le salían pareados porque le gustaba la rima. Los primeros poetas que leyó fueron Bécquer, Rubén Darío y Gabriel y Galán (15)

A esa edad, su madre la matriculó en el Instituto de Educación Profesional de la Mujer, en todas las materias «propias de su sexo» (16). Además de los diplomas de Taquigrafía y Mecanografía, Higiene y Puericultura, posteriormente se matriculó en Gramática y Literatura (17). Su madre pronto vio que Gloria era un poco «rarita» (18) y que casarla no parecía una opción viable. Asimismo, estaba harta de las «impropias» aficiones de la hija de un obrero: pocas muchachas practicaban hockey y baloncesto. Y, mucho menos, poesía (19).

En plena adolescencia, tuvo que lidiar con la muerte de su madre (de quien nunca contó con su aprobación) y con la Guerra Civil española (20). Pasó de trabajar copiando direcciones a máquina, a contable en la fábrica Talleres Metalúrgicos y empezaría su época como secretaria en «horribles oficinas» (21).

Aunque también comenzó a dar sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid (22) y escribió su primer libro de poesía, Isla Ignorada (23). La joven Gloria montaba en bici por Madrid, con una falda-pantalón (24) y corbata, para ir a por libros a la Cuesta Moyano, algo bastante llamativo (25). Sin embargo, con la Guerra Civil su situación cambió.

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El equipo de chicas con el que Gloria  (agachada a la izquierda) jugaba al hockey (poco practicado por las chicas). Fuente: Fundación Gloria Fuertes.

Yo, pacifista

Nosotras, las tristes mujeres que escribimos (…) / No vamos a la lucha, vamos al silencio. // Nosotras escribimos de noche y a escondidas, / entre hijo y aguja por entre los pucheros (26)

La Guerra terminó de reforzar la posición pacifista y anti-violenta de Gloria Fuertes ante la vida (27). Se quedó en apenas 40 kilos de peso (28) y vio las miserias de un conflicto que dejaría traumatizada a la sociedad española por varias décadas. Sus poemas reflejaban las experiencias traumáticas de seres marginales, en especial de mujeres, como aquellas viudas o casadas con maridos en la cárcel, que se vieron obligadas a ejercer la prostitución para salir adelante (29). O los niños famélicos (30) y, en especial, el miedo y el temor que acompañaría a la población tanto desde la censura como desde la represión.

Algunos de sus poemarios de esta época pasaron por un corte brutal por parte de censores (31). El hecho de reivindicar Aconsejo beber hilo Todo asusta es toda una declaración de intenciones. Los poemas de Gloria Fuertes actúan como actos de resistencia al contexto social y político, además de la opresión extra que sufrió la mujer durante la posguerra y el franquismo (32). El hecho de que Fuertes empleara la poesía como contra-historia o como actos de intervención pública, la convierte en mucho más que la poeta de los niños (33).

Amores de guerra

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Gloria con su inseparable bicicleta. Fuente: Órbita Diversa.

Otro de los hechos a destacar de la vida de Gloria Fuertes durante la Guerra es la aparición de dos «amores» masculinos. Su primer novio apenas le duró, dado que fue mandado a las filas republicanas y nunca volvió (34).

También habla de su relación – aunque parece más platónica – con un médico de trincheras (35). De él dice que era «súper culto e inteligente» y que le influyó mucho, como maestro (36). Así como su mentalidad pacifista (recalca que no llevaba pistola). Lo encerraron en las cárceles franquistas, donde Gloria Fuertes iba a verle cuando podía (37).

Sin embargo, tras la guerra se acogería a uno de sus grandes amores: los libros. Obtuvo el diploma de bibliotecaria y empezó a trabajar en una biblioteca pública (38). Para ella estaba a punto de empezar su época más feliz.

Gloria Fuertes, «poeta de guardia» (39)

Y se iba a presentar otra «moderna», que era la imponderable Gloria Fuertes, la hija del portero de Lavapiés, la «chica del barrio», la madrileña paradigmática (…) melena corta, de paje, con flequillo. Zapato bajo con calcetines rojos. Todo un impacto (40)

Con el fin de la Guerra Civil en 1939, comienza a compaginar su trabajo con el de Redactora de la revista infantil Maravillas (41). Durante la década de los 40 estrenará sus primeras obras de teatro infantil (como Las tres reinas magas) y empezará a tener varias colaboraciones en diversas revistas como en la femenina Chicas, la revista de los 17 años (42). En dicha publicación conoció al dibujante Mingote (43), donde este ilustraba los cuentos de humor que Gloria Fuertes escribía.

En esta época conoció también a Carlos Edmundo de Ory, una de las principales voces del Postismo (una suerte de resumen de todas las vanguardias anteriores) (44). Gloria Fuertes participó en sus tertulias y en la revista Postismo y cerbatana. Solían reunirse en el Café Varela, el apodado «café Gijón de los pobres» y de los autores noveles (45). A mediados de los 50, aunque Gloria no quería adscribirse a ninguna corriente literaria, fundó junto con otros amigos escritores (como Antonio Gala) la Revista Arquero.

Gloria Fuertes y «Versos con faldas»

En 1951, Gloria Fuertes, Adelaida Los Santos y María Dolores de Pablos fundaron el grupo poético «Versos con faldas» (46), cuyo fin era dar a conocer a las voces femeninas de la poesía del momento ofreciendo recitales, tertulias y lecturas en radio. La importancia de este grupo, cuya labor se desarrollará durante tres años, reivindicó la voz femenina como creadora y no como musa, pese a que varios de los hombres que acudían a aquellos encuentros se empeñaban en resaltar el físico de las ponentes (47).

Estábamos tan hartas de tantos poetas «pesaos» que no sabían ni escribir y de que no nos dejasen leer a nosotras (…) Si en vez de llamarme Gloria me hubiera llamado Glorio, otro gallo me habría cantado (48)

versos con faldas Adelaida Los Santos María Dolores de Pablos
«Perlita» del titular de uno de los periódicos que recogió el primer encuentro de Versos con Faldas. Fuente: Órbita Diversa.

Poetas víctimas de la censura y del patriarcado

Las reuniones de este colectivo eran los lunes a las siete de la tarde en el sótano de la Asociación Artístico-literaria del teatro gallego (49), un espacio público artístico. Pese a que tuvo repercusión en los medios, el grupo siempre se vio con cierto paternalismo (50). No obstante, en 1983, Los Santos publicó una antología con poemas del grupo, lo que deja constancia de la actividad poética de las mujeres españolas durante estos años (51).

Con «Versos con faldas» se evidencian las trabas añadidas que las mujeres tenían durante el franquismo para publicar, viéndoselas con la censura más férrea y con la constante crítica, que las tachaba de «locas» a la mínima (52).

La propia Gloria Fuertes se enfrentó con el censor a la hora de intentar sacar el poemario Aconsejo beber hilo. En el informe, el censor califica la obra como producto de una «mente enferma» (53). Esta forma de desacreditar a las autoras era relativamente común. Además, eliminó varios poemas que tenían que ver con la mujer, su cuerpo y sus derechos (54). Esto la obligó a publicar algunos de sus poemarios (como Antología y poemas del suburbio) fuera de España (55).

Pese a acatar algunos de los cambios, Gloria logró sortear la segunda revisión y colar algunos poemas que, claramente, desafiaban al poder y eran un acto subversivo (56).

La poeta ambulante

Quizá la reivindicación más desafiante de Gloria Fuertes fue su adaptación de la labor de La Barraca de Lorca pero con poesía (57). Esto es, acercar la poesía a todos los rincones y pueblos con un lenguaje sencillo y coloquial. Gloria Fuertes disfrutaba recitando y enseñando sus poemas con su biblioteca ambulante (y en su Vespa) (58). Su objetivo era generar conversación con su auditorio y emocionarlo.

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Con una de sus más fieles amigas, la Vespa. Era raro ver a una mujer en moto y mucho más si era para acercarse a barrios como Vallecas para llevar literatura a los niños. Fuente: Fundación Gloria Fuertes.

En ocasiones, quienes patrocinaban sus recitales no tenían fondos para pagarle. Esto le ocurrió en Béjar (Ávila), donde su público, a falta de honorarios, le regaló una capa hecha del mejor paño (59). A Gloria Fuertes no le interesaba el dinero, sino ver cómo sus oyentes aplaudían y sentían sus poemas.

Además, Gloria Fuertes se atrevió a leer sus versos en pubs de parejas (pubs de ambiente de Chueca como Lady Pepa (60)) logrando que la escucharan y disfrutaran sus poemas. Tanto es así, que en los 70 fue declarada por el diario Pueblo como la figura más popular (61).

Mujeres de verso en pecho (62)

Si bien el asunto de la sexualidad de Gloria Fuertes ha permanecido oculto hasta bien entrada su muerte, lo cierto es que buena parte de su círculo cercano conocía de su homosexualidad (63). Es más, la reconoció en algunas entrevistas, aunque pidió al periodista que no lo contara por temor a que los padres de los niños a los que dedicaba gran parte de su obra dejaran de acudir a ella (64).

Además, de que durante el franquismo todavía estaba vigente la Ley de Vagos y Maleantes (junto con la Ley de Peligrosidad Social), que penaba lo que no era cisheteronormativo (65). Si bien hay ciertos sectores que han preferido obviar el hecho de que Gloria Fuertes fuera lesbiana, lo cierto es que el amor (tanto erótico-individual como fraternal-solidario) es una constante en sus poemas (66). Tanto es así, que se aludía a ella como «patrona de los amores prohibidos» (67).

chelo hernandez Gloria Fuertes pareja novia lesbiana
Chelo Hernández junto con Gloria Fuertes. Chelo fue su primera novia y eterna amiga. Fuente: Órbita Diversa

Cabe señalar que las relaciones de Gloria Fuertes con mujeres tienen nombre y apellidos. Hubo una de ellas, Chelo Hernández, que la acompañaría durante toda su vida y que, desde los 20 años, sería su confidente, amante y amiga (68). También se alude a Micaela, otra amiga por quien su amor no era correspondido. Tristemente, tras una noche de fiesta, cogió un vuelo a Roma que se estrelló (69).

Sin embargo, el verdadero amor de Gloria Fuertes fue Phillis Turnbull (70), su profesora de inglés en el Instituto Internacional, donde estaba estudiando a los 38 años.

Paseando a «Miss Filis»

Profesora y alumna pronto empezaron a compartir algo más que su afición por la literatura infantil y las enseñanzas del idioma extranjero. Además, gracias a Phillis Turnbull, Gloria Fuertes gozó de una Beca para dar clases en una Universidad en EE. UU (71). Allí estaría durante tres años impartiendo clases de literatura española (72), entrando en contacto con los movimientos anti-belicistas y enseñando chotis a los norteamericanos (73).

Al volver a España, Gloria Fuertes y Phyllis Turnbull se mudaron juntas a una casa en Soto del Real (74), junto con Chelo Hernández. Allí, la profesora era conocida como «Miss Filis» (75), y ayudó económicamente a varias familias y becó a algunos jóvenes para que pudieran estudiar en ambos países (76). Las dos inauguraron la Biblioteca Infantil del Instituto Internacional (77), donde Gloria Fuertes hacia las guardias después de quemar la noche madrileña. Ambas mantuvieron una relación sentimental durante 15 años.

Amigas muy «amigas»

Pero… ¿a nadie le chocaba la «amistad» de Phyllys Turnbull y Gloria Fuertes? Paradójicamente, la relación entre dos mujeres resultaba algo tan imposible y anodino para el Régimen que les permitió vivirla con relativa tranquilidad (78).

Phyllis Turnbull fotos soto del real
Gloria Fuertes y Phyllis Turnbull. Fuente: Órbita Diversa

A la gente no le parecía extraño verlas pasear de la mano, viviendo juntas o trabajar codo con codo noche y día (79). Además, ambas eran dos «solteronas», sin hijos y solas. Sin embargo, para aquellas personas que puedan tachar su relación de «mera amistad», los poemas de alto contenido erótico que Gloria Fuertes dedicó a Phillis Turnbull disipan cualquier duda:

Quererte como nadie se imagina / es la única enfermedad que he tenido / desde que pasé la tos ferina. / Quererte es incurable/ (o quiero que lo sea) (80)

Gloria Fuertes in Excelsis Deus (81)

En 1970 Phyllis Turnbull volvió a EE. UU, terminando la relación con Gloria Fuertes aunque siguieron en contacto (82). Sin embargo, un año después, Phyllis Turnbull murió de cáncer. Este hecho dejó desolada a Gloria Fuertes quien, según varios amigos, no se repondría de aquello (83).

Poco a poco, empezó a caer en una espiral depresiva. Dejó la casa compartida en Soto del Real y se mudó a un piso en Alberto Alcocer, que Phyllis Turnbull le dejó en herencia (84). A partir de ese momento, su única fuente de felicidad serían los niños. Es ahora cuando empieza a salir más en Televisión Española (85) y cuando se asienta su imagen de señora mayor adorable rodeada de críos, siempre alegre.

Gloria lo tenía claro: los cuentos infantiles debían tener finales felices, aunque el autor sea una persona triste (86)

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Una de las imágenes más icónicas de Gloria Fuertes, ya en su etapa de madurez. Fuente: Info Libre

La poeta de los niños, que no era tan feliz

Es la embajadora de Un globo, dos globos, tres globos y de La cometa blanca (87). Pese a su apariencia dulce y la fachada humorística, el suicidio aparece como tema recurrente. Así lo relata en una famosa entrevista que le hizo Vicente Molina Foix: «Iba a tirarme al metro, pero acabé tirándome a la taquillera» (88).

Comienza a beber más whisky que nunca y fuma sin parar. Un amigo la invita a Málaga, con la esperanza de animarla dando allí recitales (89). Sin embargo, Gloria Fuertes cada vez sale menos de su piso, se van muriendo amigos suyos y, a los 80 años, el 27 de noviembre de 1998, fallece a consecuencia de un cáncer de pulmón que le habían detectado unos meses antes (90).

No obstante, el sentimiento de soledad la persiguió durante toda su vida y, aunque murió junto con su inseparable Chelo Hernández, siempre tuvo esa sensación de desplazamiento con la sociedad. Una sociedad que, en bastantes ocasiones, se burlaba de ella por su físico, por su voz ronca, por sus ademanes y estilismos masculinos, por su condición de mujer, por ser lesbiana, por ignorar su poesía adulta y por no incluirla en el canon por su lenguaje sencillo y cercano (91).

Gloria Fuertes: patrona de los marginados y de los amores prohibidos

Si hay algo que sembró Gloria Fuertes fue su pacifismo y el rechazo de cualquier tipo de violencia. Protegió cuanto pudo y visibilizó a los colectivos marginados de la sociedad española. Además de las mujeres, como ya se ha visto con el grupo «Versos con faldas», también cuidaba bajo su ala a niños solitarios y que sufrían del ataque o burla de sus compañeros (92).

Siempre fue una mujer humilde, que nunca se separó de sus raíces más de barrio. Era una poeta de pueblo, una «cabra loca» (93) al margen de las dicotomías sociales. Por eso, no era raro verla en los bares de ambiente de Chueca leyendo sus poemas a prostitutas y travestis (y transgéneros) (94). Siempre se mostró empática y trato de forma indulgente y sin prejuicios a estas mujeres y hombres que ejercían la prostitución.

Nunca nadie le ayudó, / pero el se hizo mujer. / Cantaba y cantaba, / era la preferida de los hombres del night-club. / Me dijo: En toda mi vida / solo he leído un libro, / el tuyo. / Entonces… / Le acaricié de verdad / sus pechos de mentira (95).

Gloria Fuertes, una feminista revolucionaria

Asimismo, explotaba su propia imagen andrógina (pelo a lo paje, corbata, siempre en pantalones…) e incluso cuestionaba si Dios sería hombre o mujer (para ella Dios era un interlocutor cercano) (96). Mediante el juego con el lenguaje, demostraba su propia identidad. Por ejemplo, rechazaba que la trataran de «poetisa». Ella siempre fue poeta.

curiosidades de Gloria Fuertes para niños
Gloria Fuertes en su piso de Alberto Alcocer, leyendo y fumando. Fuente: elasombrario.com

Gloria Fuertes fue mucho más que la poeta de los niños. Su preocupación por las mujeres, los obreros y la falta de libertad de expresión convierten sus -menos conocidos- poemarios adultos en un testimonio fundamental del franquismo.

El día después de morir, se convocó una manifestación en su honor en Lavapiés (97). La mujer que estuvo «al borde de la cárcel, al borde del arte, al borde del suicidio» y quedó «al borde de despertar» (98) dejó una inesperada fortuna a La Ciudad de los Niños (99), devolviéndoles todo lo que había ganado gracias a ellos. Ella, la poeta de guardia, la mujer de verso en pecho, gorda, feminista, soltera, lesbiana, pacifista y del pueblo.



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Referencias y bibliografía

Referencias

(1) En referencia al poema con el mismo nombre. Acereda, 2002.

(2) Gloria Fuertes sobre su infancia. Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(3) Gloria Fuertes García nació el 28 de julio de 1917. Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(4) Nació en un piso humilde de la calle Espada número 19. Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(5) Capuccio, 1993, p. 323.

(6) Sus padres, José Fuertes Gimeno y Gloria García López tuvieron nueve hijos de los que solo llegaron a adultos tres. Lorenzo Arribas, 2011, p. 156.

(7) Capuccio, 1993, p. 329.

(8) Durante la época del franquismo, la sexualidad era un tema tan tabú que se solía decir que los “niños venían de París” (traídos por la cigüeña). Capuccio, 1993, p. 329.

(9) Debido al aislamiento que sentía tanto dentro de la familia como en el barrio, empezó a crear amigas (ya que la mayoría eran chicas) imaginarias “por la necesidad y de amar y ser amada” y “para que los mayores creyeran que no estaba sola”. Capuccio, 1993, p. 328.

(10) Gómez Ruiz, 2017.

(11) “Su madre quería hacer de ella una esposa de provecho, que supiese bordar y cocinar, pero le salió una hija lesbiana y poeta”. Más en Gómez Ruiz, 2017.

(12) Gómez Ruiz, 2017.

(13) Capuccio, 1993, p. 328.

(14) “Le envidiaba porque a él le querían un poco, por ser el pequeño, y a mí nada”. Angelín murió atropellado a los 7 años. Capuccio, 1993, p. 327.

(15) Capuccio, 1993, p. 330.

(16) Capuccio, 1993, p. 332.

(17) Capuccio, 1993, pp. 332-333.

(18) Con el apelativo de chicas raras se solía aludir a las mujeres que no se adscribían a la heteronormatividad. Más en Castro, p. 66.

(19) Capuccio, 1993, p. 333.

(20) La madre de Gloria Fuertes murió cuando ella tenía 19 años, no obstante, en algunos de sus poemas afirma que fue cuando tenía 15. Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(21) Algunos sectores de la izquierda han rechazado a Gloria Fuertes de su canon dado que trabajó para oficinas del Ministerio de Turismo. Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(22) Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(23) Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(24) Cosida por su hermana mayor. Más en Nash, 1998.

(25) Nash, 1998.

(26) Vila-Belda, 2017, p. 86. Poema inédito “Nosotras las tristes mujeres”.

(27) Vila-Belda, 2017, p. 111.

(28) Vila-Belda, 2017, p. 123. Tal y como retrata en el poema “Al borde”.

(29) Vila-Belda, 2017, p. 79.

(30) Lo cual describió con detalle en su poema “Niño Flaco”, censurado pero que leyó en varias ocasiones. Más en Vila-Belda, 2017, p. 75.

(31) Vila-Belda, 2017, p. 75.

(32) Como en su poemario Antología y poemas del suburbio, donde incluye las preocupaciones de la clase obrera y sus necesidades materiales y daba voz a lo marginado de la voz autoritaria del discurso franquista. Más en Vila-Belda, 2017, p. 62.

(33) Nash, 1998.

(34) Acereda, 2002.

(35) Eugenio Rosado Rivas, un hombre casado. Más en Capuccio, 1993, p. 334.

(36) Capuccio, 1993, p. 334.

(37) Capuccio, 1993, p. 334.

(38) “Fue una de mis épocas más felices. Aquellos años en que, al frente de una Biblioteca Pública, aconsejaba y sonreía a los lectores. Mi jefe era el libro, ¡yo era libre!” Más en Capuccio, 1993, p. 336.

(39) En referencia a como ella misma se llamaba. Más en Acereda, 2002.

(40) Francisco Nieva sobre su primera impresión de Gloria Fuertes. En Acereda, 2002.

(41) Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(42) Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(43) Vila-Belda, 2017, p. 56.

(44) “Nos hicimos amigos, nos veíamos mucho, escribíamos juntos poemas postistas y éramos felices”. Más en Capuccio, 1193, p. 335.

(45) Vila-Belda, 2017, p. 177.

(46) Vila-Belda, 2017, p. 172.

(47) Vila-Belda, 2017, p. 174.

(48) Amador, 2017.

(49) Vila-Belda, 2017, p. 174.

(50) Amador, 2017.

(51) Cano, 1969.

(52) Amador, 2017.

(53) Amador, 2017,

(54) Vila-Belda, 2017, p. 77.

(55) Antología y poemas del suburbio salió publicada en 1954 por la editorial Lírica Hispánica en Caracas. Gloria Fuertes conoció a las editoras, Conie Lobell y Jean Aristeguita cuando viajó a Venezuela en 1948, haciéndose amiga de la pareja. Las también poetas publicaron obras de autores españoles y su labor resultó fundamental para dar a conocer poetas que, por la situación política y social, no podrían haber publicado en su país. Más en Vila-Belda, 2017, p. 71.

(56) El 12 de mayo de 1954 Gloria Fuertes dio un recital de poemas en la Escuela de Capacitación Social de Trabajadores de Madrid por la 78º Promoción. Allí leyó poemas censurados como acto de intervención pública, como “Niño Flaco” o “Al borde”. Más información en Vila-Belda, 2017, p. 123 y Lorenzo Arribas, 2011, pp. 135-160.

(57) Vila-Belda, 2017, p. 340-341.

(58) Nash, 1998.

(59) Aunque el pago fuera en “especie”, una capa de Béjar es más que un buen regalo. Cabe destacar que suele ser con lo que se gradúan los universitarios (y letrados). Capuccio, 1993, p. 342.

(60) El Lady Pepa sigue abierto actualmente. Solo abren de madrugada y sirven espaguetis y otros platos contundentes para quienes necesitan reponer fuerzas después de una noche de fiesta.

(61) Asimismo, también recibió varios premios Aros de Plata por su trabajo en TVE. Más en Capuccio, 1993, p. 344.

(62) En referencia a su poemario Mujer de verso en pecho. Persin, 2011 (Introducción).

(63) Acereda, 2002.

(64) Vila-Belda, 2017, p. 52.

(65) Acereda, 2002 y más información en Castro, 2011.

(66) Acereda, 2002.

(67) Lorenzo Arribas, 2011, p. 140.

(68) Amador, 2017.

(69) Amador, 2017.

(70) Phyllis Turnbull fue profesora titular del Departamento de Literatura Española del Bryn Mawr College. Además, fue directora del Instituto Internacional (1955-1958) y creadora del prestigioso Centro de estudios Hispánicos en 1965. Más en Instituto Internacional, 2017.

(71) La Beca Fullbright que, aunque al principio era solo de un trimestre, se fue alargando hasta tres años. Hevia, 2017.

(72) Instituto Internacional, 2017.

(73) Cascante sobre los años de Gloria Fuertes en EE. UU: “Es muy hermoso ver cómo era capaz de mantener su especial mirada en un contexto tan distinto al suyo. Ella extrae de aquellas experiencias enseñanzas hippies, que tanto le atraen, y a su vez enseña el chotis a los estadounidenses”. Más en Hevia, 2017.

(74) Gómez Ruiz, 2017.

(75) Instituto Internacional, 2017.

(76) Instituto Internacional, 2017.

(77) Madrid, 2018.

(78) Como se solía decir en Hollywood, ambas pertenecían al llamado “club de la costura”, con el que se definió a las amistades entre mujeres que llegaron a más. Más en Madrid, 2018.

(79) Gómez Ruiz, 2017.

(80) “A Phyllis”. Puebla, 2017.

(81) Guiño al tratamiento de Dios por parte de Gloria Fuertes. Más en Lorenzo Arribas, 2011, p. 156.

(82) Madrid, 2018.

(83) Madrid, 2018.

(84) Hevia, 2017.

(85) Fundación Gloria Fuertes, s.f.

(86) Gómez Ruiz, 2017.

(87) Fundación Gloria Fuertes, s.f. Podéis verla recitando La Cometa Blanca aquí.

(88) Hevia, 2017.

(89) Su amigo Pepe Infante le organiza unos recitales de poesía bajo el nombre de “Los viernes de Gloria” e intenta animarla. Más en Amador, 2017.

(90) Siempre había sido una fuerte fumadora, y más desde la muerte de Phyllis Turnbull. Amador, 2017.

(91) Tradicionalmente el canon de Harold Bloom no ha tenido en cuenta las preocupaciones sociales y anulaba lo que no entraba en la mera estética. Según Candelas Newton, los poetas asociaciones con estas cuestiones rechazan de forma consciente el lenguaje hermético, de la misma forma que hizo Miguel Hernández. Más información en Vila-Bleda, 2017, p. 51.

(92) Cualquier niño rechazado por sus compañeros o por el entorno encontraba en ella a su gran valedora. Tal y como advierte en “Paco Pica, el niño ajo”, antonomasia de los niños que huelen mal por falta de aseo o por otra circunstancia. Más en Gómez Yebra, 2017.

(93) En referencia a los siguientes versos: Hay quien dice que estoy como una cabra; / lo dicen, lo repiten ya lo creo; / pero soy una cabra muy extraña. // Vivo sola, cabra sola / -que no quise cabrito en compañía- // Y vivo por mi cuenta, cabra sola, / que yo a ningún rebaño pertenezco. Más en Castro, 2011, p. 66.

(94) Lorenzo Arribas, 2011, p. 133-135.

(95) Versos pertenecientes a “A Jenny”. Más en Acereda, 2002.

(96) En varias ocasiones se preguntó si Dios sería hombre y mujer, un Dios al que tuteaba y del que se atrevió a decir en un poema en una Nochebuena, que estaba desnudo. Más en Lorenzo Arribas, 2011, p. 156.

(97) Amador, 2017.

(98) Alusión al poema “Al borde”.

(99) Dejó una buena fortuna que había ido amasando en silencio al proyecto de cuidado de la infancia.


Bibliografía

  • Acereda, A., 2002, “Gloria Fuertes: del amor prohibido a la marginalidad”, Romane Quaterly, nº 49, pp. 228-240.
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Ángela Ramos González
Graduada en Periodismo y Humanidades apasionada de la Historia y de la literatura.